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Llegó la hora del receso, por lo cual rápidamente salí con mi canasta y me senté en una parte solitaria, luego comencé a dibujar una manzana y sonreí al recordar a Gilbert, seguí comiendo una tartaleta de fresa. Llevaba aproximadamente cinco minutos cuando escuché algo detrás de mí haciéndome asustarme y mirar hacia dónde provenía el ruido y encontrarme con un chico rubio.
— Pe-erdón no te quería molestar — bajo la mirada y rápidamente observé que tenía un cuaderno parecido al mío.
— No, no te preocupes no me molesta simplemente que me asuste — le sonreí levemente y este imitó mi acción — ¿dibujas? — dirigí mi mirada nuevamente al cuaderno.
— Si, por lo que veo tú también no? — miro mi cuaderno abierto — soy Cole Mackenzie, fue impresionante lo que hiciste con el profesor, nadie antes lo había desafiado así — me sonrió.
— Soy Sophia Jones, un placer conocerlo Cole Mackenzie — le devolví la sonrisa — bueno y el profesor simplemente de solo verlo me cayó mal es alguien muy desagradable — hice una mueca a lo que él rio.
— ¿Puedo ver tus dibujos? — miró mi cuaderno.
— Claro, pero si yo veo los tuyos — le sonreí alzando una ceja.
— Los míos son garabatos nada más — hizo una mueca.
— Bueno, ya lo veré si son o no — le sonreí divertida y alzando mi cuaderno.
Cole lo miro por unos segundos pero al final cedió y me dió el suyo, al abrirlo quedé impresionada ya que tenía mucho talento con esto del dibujo, moví mis dedos encima de los detalles, para luego verlo a él y verlo divertido ya que al parecer estaba igual que yo, se encontraba mirando el paisaje que había dibujado el día que conocí a Gilbert, no se por qué rayos pero ahora relacionaba todo con ese chico.
Seguí mirando sus reacciones por unos segundo y luego me volteó a ver, apenas iba a abrir la boca, cuando unas voces lo interrumpieron, a lo que hizo un movimiento con sus dedos como de silencio a lo cual yo asentí para escuchar lo que dijeran.
— Es que es perfecta!!, ¿vieron cómo se defendió? — reconocí la voz de Billy Andrews a lo cual hice una mueca y Colé me miró divertido.
— Aún así aunque no se defendiera con el profesor, es preciosa — habló una voz con un tono enamorado la cual no reconocí y Cole me siguió viendo de la misma manera intentando guardar una carcajada.
— Tú hermana es la niña más bella que ha llegado en Avonlea, amigo — habló otra vez Billy, se escuchó la risa de mi hermano.
