𝘪𝘵'𝘴 𝘺𝘰𝘶 / 𝘎𝘪𝘭𝘣𝘦𝘳𝘵 𝘉𝘭𝘺𝘵𝘩𝘦

05

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En el tiempo que había pasado me di cuenta de las miradas de odio que me daban las chicas a mi alrededor en especial Josie Pye y Ruby, pero realmente eso no era lo que me importaba si no una que me llamaba más la atención, al voltear a las bancas de los chicos me encontré con la mirada fija de Gilbert, que al notar que ya lo había visto se sonrojó y me sonrió levemente haciendo que inconscientemente imitara el gesto.

Así transcurrió el tiempo hasta la hora del receso donde me encontraba sentada en el mismo sitio de ayer mientras dibujaba en mi cuaderno cuando una cabeza pelirroja llamó mi atención ya que venía con unas pocas lágrimas en su rostro. La llamé haciendo que esta volteara y se dirigiera a mí con una leve sonrisa.

— ¿Qué sucede Anne? — le hablé a la pelirroja entristecida.

Primero me contó que Josie Pye en la mañana la amenazo con que ya no se acercara a Gilbert por qué a Ruby le gustaba desde hace tres años, diciéndole que era una regla en ese grupo y luego mencionó que en el receso todas se fueron de su lado diciéndole que era una desubicada y luego salió llorando conmigo.

— ¿Por qué todos aquí me odian? ¿Por qué no puedo tener una bella sonrisa y mejillas sonrojadas como tú ? O un cabello lindo y rubio como el de Ruby? unos vestidos tan lindos como los de Diana? O unos labios hermosos y suaves como los de Tillie? O también — la interrumpí.

— Mira Anne la belleza está dentro de uno mismo no afuera, dime tú ¿de que me serviría tener una cara bonita y un cabello inigualable o vestidos maravillosos? — la mire a los ojos — Anne, tú eres linda a tu manera, eres única, tienes un cabello rojo inigualable que nadie más tiene aquí, unos ojos tan lindos como el mar azul , unas pecas que hacen resaltar mucho más tu rostro, y una personalidad que nadie más es digna de tener.

— Wow, nadie me había dicho algo tan lindo como eso — me miró con lágrimas en sus ojos por segunda vez y me abrazo con una gran sonrisa y yo le devolvía el abrazo.

— Mira tú ya no te preocupes por el que dicen los demás, tú preocúpate por ti y ser feliz con lo que eres mientras... — una voz me interrumpió.

— Hola! Recordé que el otro día me habías dicho que te diera más, así que te traje para hoy como te prometí — habló Gilbert mirándome fijamente mientras me ofrecía una manzana con su mano.

— Gracias Gil — le sonreí mientras tomaba la dulce manzana.

— ¿Quieres una? Son muy dulces! — miró a Anne ofreciéndole la otro manzana.

— No gracias — murmuró Anne.

— Disculpa? — exclamó Gilbert frunciendo el ceño confundido.

— Que no gracias, ya vete no quiero hablar contigo — volvió a murmurar Anne esta vez más bajo.

— Me podrías repetir? — habló el pelinegro.

— Que no quiero hablar contigo! — Anne se levantó muy enojada gritando, haciendo que yo y Gilbert nos viéramos confundidos.

— ¿Qué le sucede? — me dijo Gilbert confundido.

— Creo que son ellas — mencione dirigiendo mi mirada atrás de Gilbert donde estaba la ventana y todas las chicas se asomaban para saber de qué hablábamos.

— Oh ¿ y ellas que tienen que ver? — habló Gilbert mirando hacia la ventana haciendo que todas las chicas se ocultaran.

— Ven vamos a otro lugar — lo tomé de la mano para luego irnos más lejos de la ventana.

— Ahora si, dime ¿qué pasó con ellas como para que Anne se fuera así?.

— Bueno, se supone que yo no te diría nada, pero resulta que como nosotros llegamos junto a ti en la mañana y después las chicas amenazaron a Anne diciéndole que a Ruby les gustas desde hace tres años y en su grupo tienen una supuesta regla de que no se tienen que acercarse a ti ya que tú eras de Ruby.

— Ahora entiendo todo pero yo no soy de ella — dijo el pelinegro frunciendo el ceño.

— ¿Y no te gusta? — pregunte curiosa.

— No claro que no, a mi me gusta alguien más — me miro fijamente.

— Oh! ¿Y puedo saber quién es?

— Tú la conoces muy bien.

— ¿Enserio? ¿Quién es?

— Mmh adivina.

— Diana? — negó con la cabeza — Tillie? — negó otra vez — Jane? — negó otra vez — Anne? — negó rápidamente otra vez haciendo que yo riera — te gustan los niños entonces? — negó riendo — bueno, pues si es así yo no te voy a juzgar — mencioné levantando los brazos.

— No, no a mi si me gustan las chicas.

— Entonces ¿quién te gusta? — me acerqué jugando.

— La chica que me gusta... — fue interrumpido por el profesor diciendo que ya entráramos.

— Bueno después me dices si?.

— Está bien — me sonrió y entramos juntos al salón ganándonos unas cuantas miradas para luego sentarnos en nuestros puestos.

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Nuevo capítulo! Espero y les guste mucho, los tkm besos!