Capítulo 3.

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Si bien el beso que Chan le había dado a Felix resultó una gran sorpresa para todos, intentaron seguir la reunión con normalidad. Además, Hyun Jin tenía razón en una cosa: retó al australiano y éste cumplió, sólo estaba siguiendo las reglas del juego, no había por qué hacer un escándalo.

El pelirrojo estaba callado, mucho más de lo que era normal en él. Sintió la mirada de Chang Bin encima de él un par de veces, pero lo ignoró lo mejor que pudo, esperando que en cualquier momento la situación dejara de ser incómoda.

—Oh, así que quieres saber si me gusta alguien, Minnie...

—En realidad, se me había ocurrido un reto. Arruinaste mis planes cuando elegiste contarnos una verdad.

—Bueno... Sí, sí me gusta una persona —la respuesta de Ji Sung estaba acompañada de una media sonrisa—. Eso es suficiente para responder tu pregunta, ¿cierto? No es necesario que diga nombres o algo así.

—¡Demonios! Debí haber hecho una pregunta más específica.

—¡Perdiste tu oportunidad!

Cuando la noche cayó, el juego había terminado, pero los jóvenes seguían conversando tranquilamente en la sala. Todos, excepto Felix, tomaron la decisión de retirarse poco antes de que regresara el compañero de renta de Chan.

—Gracias por haber venido, chicos.

—Siempre es un placer pasar tiempo juntos en tu casa. A pesar de que nos abandonaste cuando empezamos la preparatoria, sigues siendo nuestro amigo —comentó Ji Sung, dándole un golpe sin mucha fuerza en el brazo.

—No los abandoné, sólo me inscribí a una preparatoria diferente —rio Chan, despidiéndose con una mano.

Cuando los australianos se quedaron a solas, el pelirrojo se apresuró a levantar una bolsa para basura y ayudar al anfitrión a limpiar la sala. Sentía que era lo menos que podía hacer por él después de haber llegado tarde a la reunión.

El castaño se acercó a él y lo detuvo, dedicándole una sonrisa al momento de colocar una mano encima del hombro ajeno.

—No es necesario que hagas eso —le dijo.

—Si trabajamos juntos, todo esto quedará limpio en menos de cinco minutos —aseguró Felix—. Déjame ayudarte.

—Pero se está haciendo tarde. ¿Tu familia no se preocupará por ti?

—Mi familia está en Sídney —respondió con cierta tristeza asomándose en su voz, dando media vuelta para evitar la mirada del contrario y sólo concentrarse en recoger algunas latas de refresco vacías.

—Ah, igual que la mía —rio un poco.

Chan empezó a recoger basura también y, tal y como el pelirrojo había dicho, tras algunos minutos no quedó ni un solo rastro de la reunión en aquella sala.

Algo en su interior lo estaba impulsando a hablar con el otro chico antes de que éste se fuera, quería comentar el asunto del beso de una manera casual y asegurarse de cerrar el tema sin confusiones y malentendidos.

—Creo que me marcharé ahora.

—¡Espera, Felix!

—¿Sí?

—Quería hablar contigo acerca del reto que Hyun Jin me puso... —Dejó salir un suspiro antes de continuar—. Espero no haberte molestado o...

—No te preocupes —Felix lo interrumpió, sonriendo con amabilidad—. Sé que sólo estabas jugando.

El castaño avanzó hacia él, un poco inseguro al inicio, pero terminando por detenerse justo en frente de él para acariciarle una mejilla con delicadeza. Felix podía apostar que el color rojo se había extendido por todo su rostro ante semejante gesto, mas no dijo nada, simplemente se quedó parado ahí hasta que Chan rompió el silencio.

El día que lo cambió todo [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora