Capítulo 22.

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Chan había organizado una reunión tranquila con el propósito de contarle a sus amigos que pronto dejaría de vivir en Corea durante un tiempo. No obstante, olvidó tomar en consideración que esos chicos a los que tanto adoraba podían llegar a ser un tanto... escandalosos.

—¡¿REGRESARÁS A AUSTRALIA?! —Hyun Jin, Seung Min, Min Ho, Ji Sung y Chang Bin habían gritado con una sincronización impresionante, mostrándose en verdad sorprendidos ante la noticia que el castaño recién les hacía saber.

Felix era el único que no se veía tan afectado por las palabras de su novio, pero por supuesto, eso se debía sólo a que ya estaba enterado de aquella triste realidad.

—Ah... Tal vez debí avisarles de uno por uno —bromeó Chan mientras se tapaba las orejas con sus manos—. Sí que gritan con fuerza.

—¿Por qué no nos dijiste nada hasta ahora? —Chang Bin se escuchaba un poco molesto.

—Primero te inscribes a una preparatoria diferente y ahora incluso te vas del país —el joven de cabello anaranjado también parecía tener unas cuantas quejas atoradas en su garganta—. Pensaba que al menos iríamos a la misma universidad. ¿Tanto así deseas abandonarnos, Chan?

—No seas tan dramático, Ji Sung —pidió el mayor de los australianos, quien al final soltó un suspiro y reconoció en sus pensamientos que la reacción de sus amigos era de esperarse—. Lo siento —les dijo con una sonrisa que cargaba con algo de tristeza—. Por más que me gustaría quedarme aquí con ustedes, me temo que no puedo hacer nada... Mi familia me necesita allá por un tiempo, pero prometo que los visitaré durante las vacaciones y algún día estaré de regreso definitivamente.

—Y nos traerás recuerditos australianos —agregó Ji Sung al trato—. Si no lo haces, no podremos perdonarte —era graciosa la manera en la cual estaba hablando por todos, cosa que ayudó a que el ambiente fuera menos pesado.

Estaban conscientes de que las cosas serían muy diferentes sin Chan ahí, pero también estaban dispuestos a apoyarlo y esperar hasta que pudieran volver a verse.

Incluso pensaron que podrían concentrarse más en preparar una pequeña despedida para el mayor cuando se terminó la semana de exámenes finales, pero el castaño aseguró que no quería nada como eso. "Las despedidas casi siempre son tristes, no me gustan", había dicho para sacar la idea de sus cabezas.

Tres días antes de su graduación, el australiano estaba en el aeropuerto, terminando de documentar su equipaje mientras su novio y sus amigos lo esperaban fuera de la fila. Se acercó a ellos una vez que todo estuvo listo y les dedicó una sonrisa un tanto diferente a las que él solía mostrar en la escuela o en las divertidas reuniones que tenían; era más débil, pero aún sincera, como si quisiera expresar que en verdad estaba agradecido con todos por haberlo acompañado.

—Bueno, no falta mucho, chicos... Debería ir hacia la sala de abordar —comentó en voz baja.

—Me encantaría poder ir contigo hasta allá —Felix fue el primero en responder.

—¿Hasta la sala de abordar? —Rio un poco.

—Hasta Australia —lo corrigió tranquilamente, resistiendo el dolor que le causó un nudo formándose en su garganta.

Chan se acercó al pelirrojo y dejó un beso cargado de amor en su frente, junto con unas suaves caricias en su espalda para tratar de reconfortarlo.

—¿Qué tan seguido nos llamarás? —Preguntó Ji Sung de repente—. Por mí está bien si quieres llamarnos todos los días o si quieres saltarte tus clases para conversar o si quieres cambiar de opinión y quedarte aquí, ¿sabes? Aún estás a tiempo.

El día que lo cambió todo [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora