Capítulo 9.

336 47 7
                                    

Chan se había alejado junto con Chang Bin, dejando a su novio conversar con Seung Min y Hyun Jin con la excusa de que podían conocerse mejor mientras él hablaba en privado con el más bajo, a petición del mismo.

La mirada del pelinegro cargaba con tantas cosas a la vez: confusión, molestia, sorpresa y desilusión, sólo por mencionar algunas. Había criticado a Felix tantas veces por su orientación sexual y ahora se enfrentaba a la noticia de que uno de sus mejores amigos estaba saliendo con él en plan romántico. No sabía ni cómo reaccionar.

—Cuando me preguntaste qué haría si uno de mis amigos fuera gay, pensé muchas cosas, Chan, pero jamás ésta. Ni siquiera cuando te vi besar a ese chico delante de todos en tu casa.

—Debí habértelo dicho desde antes —hizo una breve pausa—. Felix me empezó a gustar desde aquella vez que tuvimos que hacer un trabajo en equipo, pero no se lo conté a nadie. Al ver cómo lo tratabas simplemente por ser homosexual, pensé que mantener mis sentimientos como un secreto era lo correcto; podía defender a Felix, pero no quería que me criticaras a mí también.

—Chan, yo no... —Tomó aire por la nariz y lo soltó por la boca—. Maldición... ¿Por qué no nos contaste nada acerca de tus preferencias? Si me hubieras dicho que sentías algo por él...

Se pasó una mano por el cabello, desordenándolo sin querer. Se veía frustrado, más que cualquier otra cosa, como si no tuviera ni idea de cómo expresarse.

—¿Lo habrías dejado en paz? —El australiano terminó por él.

—¡Claro!

—No te creo, no completamente —admitió con seriedad—. Supongo que sabes por qué.

—Sé que no he sido muy amable que digamos con Felix, pero tú eres mi amigo —estaba intentando calmarse—. Y si... —Suspiró una vez más—. Si él te hace feliz, entonces lo único que puedo hacer es... ¿Felicitarlos? No lo sé.

—No, no nos gustaría recibir una felicitación falsa —aclaró—. Se nota que no estás contento con esto, Chang Bin, y está bien, no es tu obligación estarlo... Será suficiente con que dejes de fastidiar a mi novio —agregó de manera tranquila.

—Jamás volveré a molestarlo —asintió—. Sé que no puedes creerme, pero sí me siento feliz... Al menos por ti.

Una sonrisa bastante débil apareció en los labios de Chan. Si bien no le había creído al inicio, depositar su confianza en el más bajo no le costaba nada porque, tal y como él había dicho, eran amigos a pesar de todo. No quería exigirle al pelinegro que se llevara de maravilla con Felix, sabía que no podía hacer eso, sólo esperaba que no hiciera comentarios desagradables ni en su presencia ni lejos de él.

Esa misma noche, Seung Min pudo dormir sin dificultades. Caminar de regreso a casa con Hyun Jin y detenerse a comprar aperitivos lo hizo sentir que todo estaba bien entre ellos. Hablaron poco, pero el ambiente no era pesado, y eso era más de lo que podía pedir después de lo raro que había sido todo durante el fin de semana que acababa de pasar.

A la mañana siguiente, incluso se pusieron de acuerdo para encontrarse en un punto cercano a sus casas y caminar desde ahí hacia la escuela. Hyun Jin parecía no tener ni un solo tema de conversación, pero se encargaba de responder cada pregunta que el castaño le hiciera.

—¿Qué opinas de la relación que tienen Chan y Felix? —Cuestionó distraídamente—. Yo aún estoy algo sorprendido, para ser sincero...

—Yo también —respondió con simpleza.

—¿Qué los acercó tanto? ¿Crees que haya sido ese beso que Chan le dio a Felix en la reunión?

—No sé... Pero si lo pones así, parece que quieres decir que es mi culpa —bromeó.

—Pienso que ellos dos realmente hacen una linda pareja —comentó poco después con toda honestidad.

—Sí... —Dijo el pelinegro tras varios segundos en silencio—. Pienso lo mismo.

Volteó a ver a su amigo y sonrió de lado. De un momento a otro se preguntó si ellos dos podrían llegar a ser como los australianos enamorados, pero sacudió su cabeza un par de veces rápidamente y desvió la mirada, como si tratara de sacarse aquel pensamiento de encima.

¡Qué tonto estaba siendo! Que Seung Min no tuviera problema alguno con los homosexuales no quería decir que se imaginaba a sí mismo en una relación romántica con otro hombre.

—¿Pasa algo? Te pusiste... extraño.

—¡No! —Mintió—. Sólo... me quedé pensando en la tarea de Química. ¡Qué pesadilla! Sí que fue difícil.

—¿Quieres que te ayude? —Le ofreció al instante—. Me va bastante bien en Química y supongo que nos queda tiempo suficiente para revisar porque hoy ni siquiera tenemos esa clase.

—¿Hm? ¿De qué estás hablando? Hoy tenemos Química a tercera hora, Seung Min.

—No, eso será mañana —rio bajito—. Hoy tenemos clase de Cálculo a tercera hora. ¿Te confundiste?

—¿Eh? Entonces... ¡¿Hice mi tarea desde ayer para nada?! —Cubrió su rostro con ambas manos y fingió llorar desconsoladamente.

El castaño volvió a reír, sólo que con más fuerza que antes. Hyun Jin y él en verdad estaban regresando a su amistad de siempre, incluso si era poco a poco, cosa que lo hacía sentir tranquilo. Todo estaría bien mientras no pensara en el beso.

Después de otros quince minutos, llegaron a la escuela y, como era martes, debían tomar caminos diferentes para llegar a tiempo a sus respectivos salones. Ya tendrían tiempo para seguir conversando después.

—Oye, Hyun Jin... —Seung Min detuvo sus pasos sólo para despedirse del más alto.

—¿Sí?

—No te vayas a quedar dormido, podrías olvidar qué día es —sonrió—. ¡Nos vemos más tarde en la clase de Cálculo! —Exclamó antes de alejarse por el pasillo.

Hyun Jin se quedó quieto en medio del pasillo por unos instantes, pero terminó por sonreír también antes de marcharse.

Exactamente cuando el reloj marcó las once, Chan entró al salón donde tomaría su clase de Comprensión y Expresión Lingüística, la única materia que compartía con Felix y, para su buena suerte, también la última antes de la hora del almuerzo. Tan pronto como vio al joven pecoso sentado en la parte posterior del aula, le dedicó una de sus mejores sonrisas y se acercó a él sin dudar, tomando asiento a su lado.

—Buenos días, Chris —el pelirrojo soltó un saludo antes de darle un corto y tímido beso al contrario en los labios—. ¿Estás seguro de que quieres sentarte aquí conmigo? Presiento que no podremos prestar atención a la clase.

—Correré el riesgo, chico precioso —le guiñó un ojo.

La profesora Song Ji Eun llegó medio minuto más tarde e inició con la lección de ese día.

Continuará.

.............................

Decidí actualizar porque estaba de buen humor, pero alguien lo arruinó todo y ahora siento que este capítulo ya no quedó como quería.

Aun así, gracias por leer.

El día que lo cambió todo [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora