El despertador sonó a la misma hora de siempre. Lo apagué, me levanté y me di una rápida ducha. Desperté a mis hijos y los llevé al colegio. Me despedí de cada uno un beso en la mejilla y fui al hospital. Entré en la habitación de Annie después de saludar a cada persona que me encontraba, sonreí al entrar y le di un dulce beso en los labios.
- Hola mi amor - coloqué un poco su pelo - ¿cómo has estado? Hoy podrías despertar - sonreí un poco - para darnos una sorpresa a todos ¿no crees? - me acerqué un poco y apoyé la cabeza en la almohada - si, ya sé que te pido mucho... Pero te echo muchísimo de menos... Necesito tenerte otra vez con nosotros, besarte, hacerte reír, hacerte... El amor... - sonreí pícaro - todo de ti necesito.
Me quedé un rato más mirándola, en silencio. La puerta sonó, supuse que era Chris, ya casi era la hora de comer, pero me equivoqué. Entró en su lugar Sabrina, la enfermera que antes atendía a mi mi mujer, pero que Dulce cambió por otro.
- Ah, Sabrina, no te esperaba... ¿No cambiaron a Annie de enfermera?
- Eh... Si - estaba un poco nerviosa mientras se acercaba - ¿estás solo?
- Eh, claro si - me levanté - ¿tienes que cambiar algo? Salgo si te molesto... - me fui a dirigir a la salida pero ella me frenó.
- No, yo, en realidad, venía a verte a ti...
- ¿A mi? - la miré extrañado - ah bueno. aquí estoy - sonreí.
- ¿Cómo estás? Hace mucho que no te veo, que no charlamos... - se fue acercando poco a poco.
- Eh... Bueno, bien que sé... - no me dio tiempo a terminar la frase porque se lanzó contra mi dándome un beso en los labios.
- ¿Qué coño pasa aquí? - dijo una voz familiar.
- Chris - abrí los ojos como platos.
- Tú sal de aquí ahora mismo si no quieres que ponga una queja contra ti y te despidan - dijo a Sabrina mientras ella se iba casi corriendo - y tú... - me señaló a mi mientras se acercaba - qué te pasa por la cabeza... Tan poco quieres a mi hermana que te besas con las enfermeras delante de ella, no logro entenderlo Poncho, en serio... Encima la enfermerucha esa viene con todos los botones desabrochados, por favor, te podía decir hasta la marca del sujetador...
- No pero no es lo que parece - empecé a hablar - te lo juro, o sea... Me arrinconó, me preguntó como estaba y no me dio tiempo a reaccionar, se me tiró encima... Amo a tu hermana Chris, de verdad te lo digo, nunca le haría daño, tienes que creerme...
- Lo único que quiero es que salgas de aquí ahora mismo - dijo serio - aléjate un rato, date una vuelta, piensa, come... Y a la noche hablamos, ahora no te quiero escuchar nada. No vuelvas hoy por aquí.Salí de allí sin decir una palabra más, mi amigo y cuñado no me creía lo que le decía. Decidí llamar a Maite, para decirle que yo recogía hoy a los niños. Estaban cansados, así que cuando terminamos de comer los dos se durmieron. Yo fui a mi habitación y me tumbé en mitad de la cama. Pensando. ¿Cómo no lo había visto venir? A lo mejor estaba esperando que pasase pero no quería reconocerlo. Pero eso no es posible, yo amo a Annie. No conozco de nada a Sabrina y tampoco tengo en mente hacerlo. Solo quiero que mi gatita despierte. Tiene que haber sido un momento de debilidad... Tengo que estar más atento, no puedo dejar que vuelva a ocurrir. Si Annie llega a despertar en ese momento me querría matar, ella y yo, ella por creer que la traiciono y yo por dejarme besar con esa facilidad. Recibí un mensaje de Chris, salía ahora del hospital y se dirigía hacia casa a por Giovanni y Lupita para traerlos aquí y hablar mientras Maite iba al hospital un rato. Dejé el teléfono encima de mi pecho y suspiré .
- ¿Me vas a explicar que coño pasaba antes? - dijo, sentándose a mi lado en el sofá, después de dejar a sus hijos en la habitación con los míos.
- Te juro que no lo entiendo... - pasé las manos por mi cabeza - me preguntó como estaba, yo le iba a responder, sin intención de nada... Y se lanzó.
- Le seguiste el beso.
- Durante dos segundos... No fue nada, no sentí nada... Yo no quería.
- Poncho - suspiró - te hemos avisado sobre Sabrina, te lo dijimos todos, no nos creíste... Y mira lo que ha pasado.
- Lo sé, pero te juro que yo no le daba importancia, ninguna, yo iba ahí y solo veía a Annie, me daba igual lo que pasase a mi alrededor. De verdad...
- Creo que deberías descansar.
- Ya he descansado, desde que me has echado de allí he descansado... No me he movido de aquí.
- No, no me refiero a eso. Descansar del hospital. No vayas mañana, descansa, aléjate un poco. May y yo nos encargaremos.
- No, no puedo - las lágrimas estaban a punto de salir - no me puedes hacer esto... ¿Y si despierta? ¡Y si despierta y no me ve!
- Te llamaremos, pero prometeme que mañana no vas a ir... Cuando May vaya te prometo venir a contarte todo... .
- No tengo otra opción ¿no? - él negó con la cabeza y yo suspiré otra vez - está bien, mañana no me moveré de aquí...
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Siempre a tu lado
Hayran Kurgu2ª PARTE DE "A TU LADO". Una tarde lluviosa, Annie iba en busca de su hija mayor, pero desgraciadamente nunca llegó al destino. Ahora está en coma, y Poncho no puede apartarse de su lado. -TERMINADA-