Leonard Thompson-Maratón 2/3

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La quedé viendo ella está loca

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La quedé viendo ella está loca.

— ¿Dime por que odias tanto a los Knightley? — pregunté bebiendo de mi whisky Johnnie.

— el miércoles descubrí una verdad que enserio no la esperaba — dijo mirando un  punto de la habitación.

— habla y déjate de palabrería y ve al grano — dije mientras jugaba con el vaso, se mira tan patética esta rubia estúpida.

— de que pertenezco a uno de los Knightley — soltó en susurró ¿pero de qué carajo habla?.

— ¿Qué mierda estás diciendo? — pregunté muy confundido.

— ¡Qué soy hija de Christopher! — me grito mientras se agarraba su cabello.

— no tú estás loca conozco a Cristopher y jamás engañaría a Bellamy — dije muy seguro.

Es algo incoherente Christopher jamás de lo jamás engañaría a su mujer es lo más importante que tiene. Lo conozco por su hija Karen.

— ¿Y cómo sabes eso? — pregunté.

— el miércoles en la noche fui al orfanato y pedí a la directora de ese centro información de mis padres y ella me dijo la verdad de que al hombre que llamaba padre no lo era y la mujer que le decía madre si lo era ella era mi verdadera madre — exclamó molesta y frustrada.

— ¿Y por qué y dónde Cristopher engañaría a Bellamy con tu madre? — pregunté.

— por qué mi madre era una prostituta — dijo mirándome fijamente sus ojos desprendía furia y odio — él la embarazo cuando Bellamy tenía cuatro meses de embarazo — dijo su mirada estaba perdida.

— ajá y eso que tiene que ver con qué es tú padre a lo mejor tu madre se acostó otros hombre y eres una hija ilegítima en ese caso bastarda — estoy siendo muy sincero con ella sólo es una bastarda.

— ¡No, no lo soy la única bastarda es Angie! — su grito hizo que tirará mi vaso contra la pared me levanté del sillón y la tomé del cuello empotrando la con la pared.

Apretó fuerte su cuello, ella pone sus manos encima de las mías y su cara está completamente roja y unas gotas de sudor lo invade.

— ... Por... Favor — sentenció apreté mucho más su cuello mis dientes tan apretados que lo tenía rechinan su mirada me miraba con miedo.

— jamás, ¡ Escúchame nunca vuelvas a decir que mi mujer es una bastarda por qué la única bastarda eres tú pedazo de zorra, jamás! — grité para apretada su cuello, su respiración era lenta, azote fuerte su cabeza con la pared.

Ella cayó al suelo de su nariz salía sangre su cara estaba roja, ella trataba de respirar con la boca abierta tosia mucho.

— ¡Eres un maldito... Loco! — grito mientras respiraba despacio y tosia.

— ¡A mí no me importa! — grité para tomarla del cabello y tirarla al sofá tome su mentón bruscamente apreté sus mejillas y la bese — me escuchaste.

— si, si — dijo nerviosa.

— mañana dile a la chica que nos ayudará que este muy atenta cualquier movimiento que haga Angie será su tumba — dije para tomarla de la cintura y pegarla a mi no es fea, pero no es igual que mi mujer, Angie es mi mujer quiera o no.

— si — contestó bajo.

— sabes eres hermosa — susurré cerca de sus labios ella trato de besarme pero la empujé.

— ¡Ahora es el momento de hacer pagar a tu bastarda! — me grito no lo dude ni un segundo y le di una bofetada que la hizo caer del sofá.

— ¡La única bastarda eres tu maldita zorra! — grité para pegarle una patada en su vientre.

— ya entendí — dijo de su boca salía mucha sangre.

— te, tengo una propuesta — dije ella me miro dudosa pero accedió.

— ¿Qué propuesta? — me miro dudosa.

— tú te quedas con el idiota de Nathan y yo con Angie — dije ella asintió.

— sabes algo yo jamás podré ser madre — dijo en susurró.

— ¿Y eso a mí que me importa?.

— si tú te quedas con Angie me darías un hijo tuyo de Angie y de ti — pero que estupidez es esa su mirada brillaba ante la idea que le regalará un hijo mío y de Angie.

— ¡Estás loca! — grité que absurda es esta mujer — ¡Jamás te daría un hijo mío, jamás y menos de Angie y yo! — exclamé pero su anhelo me dió una gran idea.

— ¡Entiéndeme yo jamás podré ser madre pero Angie si! — exclamó triste.

— tengo una idea pequeña bastarda  — dije mientras le acariciaba la mejilla — si Angie tiene un hijo del bastardo de Nathan te quedarás con el que dices.

Sus ojos retomaron un brillo.

— si, claro que sí — dijo.

Sonreí malicioso te, tengo en mis manos querida Angie.

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Hola lectores ¿Cómo están? Espero que bien, que les parece este maratón ¿Quién es esa mujer? Dejen sus votos.

Mi Guardespalda Y Mi Señora (+18) [ SAP#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora