Capítulo 48

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Angie.

— Angie debes estar tranquila — me dijo mi madre para sentarse a mi lado.

¿Tranquila? Cómo voy a estar tranquila si no se nada de mi hijo. Mis nervios están destrozados solo quiero oír el teléfono de la sala sonar y oír la voz de mi esposo diciendo que encontraron a Neythan y lo traen de regreso.

— ¿Mamá cómo quieres que esté tranquila? — pregunté para mover mis piernas — no se nada de mi bebé. Nathan ni padre y mi hermano no han llamado no se nada de él.

Susurré para pasar mis manos en mi cara. Tenía un nudo en mi garganta que me dolía. Quiero saber de mi bebé de como está. Pero no sé nada. Quiero oír su voz llamándome mami.

— lo sé cariño — susurró para brindarme una cálida sonrisa y sobar mi espalda de arriba hacia abajo.

— no madre no sabes este dolor — dije — se que tú eres madre, pero no has vivido lo que estoy viviendo, está maldita desesperación por saber algo de el. Pero no sé nada mamá, no sabes cómo me siento, ¡Nada! — exclamé para abrazar a mi madre y llorar en su pecho este dolor se siente como una agonía. Solo espero que esto termine ya.

— ya cariño — susurró para apretarme más a ella.

Estábamos en el sofá, ha pasado más de dos horas desde que Nathan y mi madre junto con mi hermano se fueron al lugar donde está mi bebé. Siento una emoción de saber que podrán traerme a mi bebé.

Mordí mis uñas largas, me levanté del sofá separándome de mi madre y camine a la cosina dejando sola a mi madre en la sala. Siento un gran vacío en mi corazón.

— hola Nana — saludé para sentarme en el taburete.

— hola mi niña — susurró para abrazarme y besar mi frente.

Mi Nana está muy triste porque hace unas horas ella ordenaba el cuarto de Deborah su hija y lo que hallo fue una carta de despedida algo doloroso para ella.

— ¿Nana puedes prepararme un té? — ella asintió.

— ¿Y como te sientes Angie? — pregunto.

— mal Nana, siento que mi corazón dejara de latir, siento una ansiedad de saber cómo está mi hijo — hablé.

— sabes que no te debes poner así, debes cuidar de tu salud — susurró mi Nana para dejar la taza de mi té en la encimera.

Al diablo con mi salud, solo me importa mi hijo.

— ya ni se que hacer para estar tranquila.

Todas las noches me dan calmante para que pueda dormir. Algo que no me gusta.

Bebí de mi té para soltar un suspiro cuando sentí en mi cuerpo un poco de relajación.

— Nana iré a mi habitación no quiero que nadie me moleste —  ella asintió y subí las escaleras.

¿Era tanto pedir? Solo quiero a mi hijo devuelta nada más. Quiero estrecharlo entre mis brazos.

Abrí mi recámara y camine con pasos débiles y me tiré a la cama mirando al techo. Sentir todo los días este vacío en mi corazón era algo doloroso. Ver la desesperación de mi esposo por no encontrar a nuestro hijo es algo que me duele mucho.

Me senté en el centro de la cama y abrace una almohada mientras mis lágrimas salían de mis ojos, siento que me arrancan el corazón con cada día que pasa.

Si esas personas que se llevaron a mi hijo querían verme sufrir pues lo lograron, lograron matarme con eso.

Ahogue mi llanto en la almohada mientras lloraba con fuerza. Me levanté de la cama y camine al mueble donde tenía poco ropa de Neythan tome una camisa negra de dibujos, la lleve a mi pecho y apoye mis manos en lo lateral del mueble mientras más lágrimas caen. No pude sostenerme y mis piernas fallaron cayendo de rodillas abrazando la camisa de mi hijo.

Mi Guardespalda Y Mi Señora (+18) [ SAP#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora