Capítulo 49

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Angie.

Mire que estaba llegando a la dirección que decía en la carta suspire. Detengo la camioneta y me quito el cinturón de seguridad me mire por última vez en el espejo saque de mi espalda el revólver de mi padre y le quite el seguro solo habían tres bala no las gastaré en esta situación solo donde lo requiera. Baje de la camioneta y mire el lugar sin árboles, habían algunos árboles secos la casa era grande había cambiado con los meses. Muchos malos recuerdos venían a mi mente.

Deje la camioneta a unos metros de la casa.

Camine con pasos firmes apreté mi mano dándome valor, el viento soplaba mi cara. Camine por un andén de piedra que había camine en el andén y mire que estaba llegando a un gran portón negro tenía unas cadenas alrededor de los portones y haba un candado manteniendo cerrada las puertas mire que había un letrero.

— propiedad privada — susurré para caminar hacia los grandes portones.

Abrí la puerta hasta donde las cadenas me permitían y me metí como pude. Cuando me metí a la propiedad una sensación extraña y temerosa recorrió mi cuerpo. Mi mente decía que me fuera pero mi parte racional me decía que tenía que salvar a mi hijo el me necesita.

Muchos cuervos se pararon en un esquina de la gran y desolada casa blanca. La casa estaba muy sucia. Estaba alerta a cualquier cosa, mi corazón late muy rápido mis manos empiezan a sudar. ¿Si tengo miedo? Lo tengo y mucho. Lo único que me da valor es mi hijo. Qué lo tendré en mis brazos y nunca jamás se alejara de mi.

Camine hacia la puerta de roble había un sobre nombre que no había notado.

— propiedad de los Benson 1996 — susurré leyendo el cartel que había.

Abrí la puerta de roble haciendo que rechinara me tense cuando la puerta rechino. Camine hacia dentro de la casa mire detalladamente el lugar estaba medio limpio. Había algunos muebles antiguos.

Sentí un nudo crecer en mi garganta cuando esos recuerdos horribles llegaron a mi mente. Cuanto quise borrarlos de mi mente pero jamás pude. Camine hacia las escaleras. El silencio me mataba no se oía nada de ruido solo silencio no podía estar tan confiada. Mire a los lados y no había nadie ¿Será que Leonard me engañó? No, no lo creo el no jugaría con algo así aunque también no debí confiar en esa carta.

Mire el lugar estaba por subir las escaleras cuando escuché que le quitaban el seguro a una pistola. Mi cuerpo se tenso y mi corazón empezó a latir tan rápido. Joder no.

— retrocede — hablo una voz de mujer y sabía de quién era.

Helen Keller.

Me volteo y ella me ve sorprendida, la mire detalladamente sus ojos tenían un brillo especial su ropa era toda negra tenía un poco de fango en sus botas negras.

— ¿Qué haces aquí? — me preguntó sombría para caminar hacia las escaleras y movió la pistola dándome a entender que retrocediera, ella se puso en las escaleras impidiendo mi paso — ¡Respóndeme!, ¡¿Qué demonios haces aquí?! — me exigió mientras me seguía apuntando con su arma — ¿Quién te trajo?.

La mire seriamente jamás sentiré lástima por ella o pesar porque ella jamás debió meterse con mi hijo, Mi hijo solo mío y de Nathan, no tendré piedad de nada ella pagará todo lo que ha hecho.

— ¿Quieres saberlo? — pregunté para caminar en círculo ella apretó sus labios y apretó el marco de la pistola.

— habla ya — dijo para seguir apuntando me.

— me lo dijo Leonard — dije para acercarme a ella y mirarla fijamente nuestros ojos chocaron una irá empezó a crecer en mi cuerpo juro que se va a arrepentir — el me confesó todo se que tu y Deborah secuestraron a mi hijo los tres unieron fuerza para verme sufrir, pero te digo algo me hiciste sufrir pero cuando me enteré de todo lo que habían echo jure que se arrepentirán de todo el mal que han echo malditas escorias — dije con odio ella ni siquiera me ve a los ojos.

Mi Guardespalda Y Mi Señora (+18) [ SAP#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora