𝖾𝗂𝗀𝗁𝗍𝖾𝖾𝗇 | 𝟭𝟴

2K 227 228
                                    

Felicidad.

Esa palabra podría describir el día.

En la mañana, despertaron con una molestia en el estómago era como una mezcla extraña de sentidos buenos y agradables.

Algo les decía que hoy sería el mejor día de sus vidas.

MinHo recibió a WooJin con una enorme sonrisa y sin dudarlo el mayor sonrió dejándose contagiar.

Ambos tenía una meta fija para ese día. Nada ni nadie se los impediría y estaban más que confiados; porque ellos lo lograrían.

-Yo sabía que ese olor a cheeto no era normal. -Comentó WooJin para si mismo.

-¿Qué?

-Por fin te duchaste, por ende, el olor desapareció. Incluso llegué a pensar que era tu aroma natural, pinche otako.

-No te pego porque estoy de humor, pero cuando sea receso no te salvas. -Cruzaron hasta la cera de la escuela y entraron al plantel.

Acompañó a WooJin hasta su aula, se despidió y decidió darle una vuelta a la escuela antes de entrar a su salón.

Brincarme las clases es mi pasión.

Se propuso olvidar a toda costa a JiSung. No tenía porque perder su tiempo pensando en el, no valía la pena.

¿Desde cuando se ilusionaba tan rápido? No supo en que momento, pero simplemente pasó.

Debió suponerlo, lo que tenía de lindo, lo tenía de inalcanzable.

Justo cuando levantó su cabeza, lo vió. Con sus auriculares sentando en el suelo del el pasillo.

Movía la cabeza de lado a lado mientras sonreía.

Tan lindo.

¡No MinHo! ¡Reacciona zorra!

Se abofeteó a si mismo varías veces pero la segunda si que le dolió. Se dió cuenta que si quería ir a su salón debía pasar por ahí, no había de otra.

-Tú tranquilo MinHo, yo nervioso. -Se dijo así mismo y luego se dió cuenta de lo dicho y rió.

Delatándose ante JiSung.

El menor había removido sus audífonos momentos antes ya que se sentía observado y lo pudo comprobar por la sonora risa.

MinHo cubrió su boca dándose cuenta de su error. Ay la cagué.

Se asomó y sus ojos se encontraron con la mirada curiosa del menor que cambió a una de asombro al ver el dueño de la risa. Y la embarré.

Ahora no sabía si ir a su salón o desmayarse ahí mismo.

Pero recordó lo que su madre siempre le decía.

"No siempre podrás escapar de tus problemas" O algo así, que se yo.

Si quería superarlo debía dejarle en claro las cosas.

¡chan no apagues el internet!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora