𝓶𝓸𝓶𝓮𝓷𝓽𝓪́𝓷𝓮𝓸 [𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]

𝒄 𝒖 𝒂 𝒓 𝒆 𝒏 𝒕 𝒂 𝒚 𝒏 𝒖 𝒆 𝒗 𝒆

Ignacia.

-Ignacia él Matías ya está aquí- escuché el grito de mi papá desde abajo.

-Dile que suba- le grite, no me iba a levantar de mi camita para hacerlo subir si ya de sabía el camino.

Además estaban dando desde mi cielo no importaba cuántas veces la viera seguía llorando como si fuese la primera vez.

-Pudiste haberte parado floja- me dijo él Matías entrando a mi pieza y tirándose encima mío.

-Sale que no veo- le dije empujándolo a un lado, así él quedando acostado al lado mío.

-Weon la hemos visto como mil veces, siempre terminas llorado mientras te consuelo y le echas mil chuchas al viejo- me dijo tomando mi mantita y tapándose igual.

Patuo.

-No es mi culpa ¿ya?, me apareció y no me la pude saltar- dije tirando mi manta él weon para taparse me estaba destapando a mi.

-Ignacia la estás viendo desde Netflix.

-Ya dije no es mi culpa, y tú ¿por qué te demoraste tanto? que yo sepa entre mi pieza y el comedor no hay tanto camino- le pregunté cambiando de tema.

-Me quedé hablando con tu papá, ahora silencio que la quiero ver- me criticaba por ver la película y al final él también la termina viendo.

En fin la hipocresía.

Nos acomodamos en mi cama para poder ver bien la película y poder taparnos los dos, me daba mucha pena ver la película y mucho más que la verdad todo eso pasa en la realidad.

Nos quedamos callados y comiendo una galleta que yo tenía ya qué la película ya iba por la mitad cuando llevo él Matías que tampoco le faltaba tanto.

-¿Vemos otra?- me preguntó después que terminara la película.

-Dejame recuperarme de esta, además ya va a hacer hora de almuerzo- le dije tomando mi celular y dandome cuenta que ya eran casi las tres.

-Bajemos entonces y ayudamos a tus papás, floja- me dijo levantándose- ¿en serio casi las tres y en pijama?- me preguntó cuándo me levanté.

-Dejame, estoy en mi casa debo andar cómoda- le dije después de ponerme mis zapatillas y caminado para la cocina.

-¿La ayudamos en algo tía?- le pregunto él Matías cuando entramos a la cocina y mi mamá ya estaba sacando los platos.

-No mi niño tranquilo, siéntense nomás ya hice al otro flojo poner todo- con él Matías asentimos y nos fuimos para el comedor.

-Que bueno que bajaron no los quería ir a buscar- nos dijo mi papá mientras nos sentamos frente a él.

-En serio eri' muy flojo.

-Yo no soy el que anda con pijama a medio día- me dijo y él Matías se rió, traidor.

-Juan ven a ayudarme- escuchamos el grito de mi mamá y mi papá se levantó al tiro para ayudarla.

-En serio los fin de semana cuando esta tu papá son los mejores.

-Es divertido ver cómo mi mamá le pide ayuda en la cosa más mínima solo para molestarlo.

Nos quedamos en silencio hasta que mis papás entraron con dos platos cada uno, mi papá nos dejó nuestros platos frente a nosotros mientras mi mamá se sentaba y ponía su plato y el de mi papá.

-¿Cómo está tu familia?- le pregunto mi papá al Matías mientras comíamos.

-Bien, ya todo está mejor así que bien.