𝒆 𝒙 𝒕 𝒓 𝒂 𝒄 𝒊 𝒏 𝒄 𝒐

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c a s i  u n  a ñ o

Ignacia.

-No es necesario hacer esto cada día- le dije al Javier mientras bajaba las escaleras de mi casa.

-No estoy haciendo nada solo pasaba por aquí y me preguntaba si necesitabas que te llevará a algún lado.

-Chistoso- lo mire con los ojos entre cerrados- supongo que él Damián está en el auto, vamos sino a él también se le hará tarde.

-Ya que insistes- dijo tomando mi mano para caminar a la puerta.

-Chao mamá- grite y él Javier también le gritó un "chao" ella le tuvo que haber abierto la puerta como cada día.

Cuando llegamos al auto él Javier me abrió la puerta y la cerro una vez que estuve adentro ya sentada, para él dar la vuelta y subirle al lado mío, de conductor.

-¿Ya te estás acostumbrando al uniforme Damián?- le pregunté, este año había entrado a primero básico y todos los días se quejaba que su uniforme era malo.

-No, prefiero los buzos no estos pantalones- aunque se quejaba el uniforme le quedaba bien- ¿porque no puedo ir como ustedes?, no usan uniforme.

-En la universidad no lo solicitan hijo- le respondió él Javier mientras manejaba- pero cuando seas grande lo extrañarás.

Era verdad este año había entrado a la universidad no me tomé el año sabático que tenía pensado, no entre ni a la universidad del Javier y la Almendra, ni a la que se fue él Matías, pero si entre a la que yo quería.

Todos íbamos separamos aunque la Almendra ingreso a la que estaba él Javier sus horarios no eran los mismos pocas eran las veces que se topaban, aún así jamás nos separamos del todo siempre que los cuatros podíamos salíamos.

Con él Matías casi todas las noches hacía videollamada y la Almendra se sumaba los días que ellos dos se quedaban a dormir en la casa del otro.

-¿Ya te hiciste amigo de la niña que nos hablaste el otro día?- le pregunté, se podría decir que si estaba metida en la vida del Damián.

Al pasar tanto tiempo junto a él y al Javier, ya me contaba sus cosas y hasta él Javier me tenía que llamar cuando su hijo me quería contar algo y yo no estaba ahí.

-Dijo que es amiga solo de niños que tienen ambos papás.

-Eso es tonto- le dije frunciendo el ceño- ahora yo no quiero que sea tu amiga, hay muchos más niños en el curso y de seguro a ellos les caerás bien.

Sigue comunicándose con pocas palabras hacía la gente que recién hasta conociendo por lo que se le a hecho difícil hacer amigos, el primer día solo él Javier lo fue a dejar, yo quise ir pero tuve cosas de la universidad que hacer.

Ese día cuando llegaron a la casa le pregunto por primera vez sobre su mamá, fue buena idea que él Javier ya había practicado todo y le explicó súper bien y él Damián lo había entendido.

-¿Puedo decir que eres mi mamá? tal vez los otros niños también son así.

-Damián- le llamo la atención él Javier pero yo le hice una seña con la mano para que no se preocupara.

-Yo no soy tu mamá Damián- le dije y él bajo la cabeza triste- siempre puedo ser tu tía o algo así, una mamá cuida y siempre está ahí para su hijo, juega con él, le canta cuando está triste esas cosas hace una mamá Damián y no creo ser lo suficiente para que me llames así.

𝓶𝓸𝓶𝓮𝓷𝓽𝓪́𝓷𝓮𝓸 [𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora