𝒄 𝒖 𝒂 𝒓 𝒆 𝒏 𝒕 𝒂 𝒚 𝒐 𝒄 𝒉 𝒐

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Matías.

No tenía ganas de venir al liceo, anoche ni puede dormir, estaba con mucho sueño y solo quería devolverme a mi cama a dormir.

Si bien la noticia que mi hermana en algunos días iba a dejar los hospitales y volvería a tener una vida normal nos alegro a todos, no podía dejar de dar vueltas en la cama por el tema de la Cata.

No entiendo cuál fue el error que hicimos la Igna y yo para recibir esto, ¿tal vez la Igna no tuvo que ir conmigo? ¿no hubieran hecho nada de esto si alguno de los dos hubiera estado presente?.

Me lo estuve preguntando toda la noche pero una y otra vez llevaba a la conclusión que ni la Igna ni yo hicimos algo mal, hicimos todo bien no les fallamos ni les dimos razones para desconfiar, con dolor termine aceptando que ellos de una o otra manera harían eso y ahora solo buscaban una excusa para dejarnos como los malos.

Mi mamá me vino a dejar antes de irse al trabajo y ahora estaba esperando a la Igna cerca de la entrada, ya me había dicho que iba a llegar temprano así que no debía demorar.

La vi entrando y le hice una seña para que me viera y viniera dónde mi, no me quería mover.

-Ah weon, no quería venir pero por lo menos es viernes y voy a poder descansar un poco- hablo parándose a mi lado, apoyándose en la pared como yo.

-¿Cómo dormiste?.

-Super mal, apenas pegue un ojo en toda la noche- ahora que la veía mejor estaba con ojeras, las que no le veía hace tiempo.

-Te entiendo, solo quiero irme a mi casa y volver a dormir.

-¿Hoy vas a ver a la Anto?.

-No, va mi papá no tengo ánimos para nada y pienso pasar todo el fin de semana en mi cama sin hacer nada- le respondí mientras estiraba los brazos.

-Ven a mi casa y no hacemos nada juntos, además va a venir mi papá demás le gusta verte- me dijo.

No era una mala idea, la Igna conocía a toda mi familia y yo a la de ella, teníamos buena relación y bien si su papá al principio me tenía mala por pensar que era algún tipo de pretendiente de la Igna después se le pasó al ver que solo éramos amigos y así lo seríamos por todo la vida.

-Ya, igual iba a estar solo así que voy el sábado ¿ya?- mientras la Igna asentía de acuerdo tocaron el timbre para entrar.

-Espera un poco no quiero subir apurada, estoy cansada- habían muchas salas arriba así que eran muchos lo que subían las escaleras y algunos lo hacían más rápido.

Esperamos que subiera la gran mayoría y empezamos a subir nosotros, parecíamos tortugas ninguno quería ir a clases.

-No quiero ir a mi sala, déjame entrar a la tuya- me pidió cuando estuvimos afuera de mi sala.

-No, tienes que ir a la tuya apenas sea el recreo te voy a buscar ¿ya?- ella solo asintió sin ganas y se fue a su sala arrastrando los pies.

Entre a mi sala y me senté en mi lugar, me sentaba de los primeros a petición mía así no me desconcentraba ni nada.

Mis dos horas de clase se basaron en tomar atención y a veces molestar con mis amigos, si tenía más amigos aparte de la Igna siempre he sido sociable, pero tampoco paso tanto tiempo con ellos, la Igna es mi amiga más antigua y a la que más confianza le tengo así que pasaba más de mi tiempo junto a ella.

Apenas tocaron el timbre me levanté para ir a buscar a la Igna a su sala, no debió pasarla bien en la misma sala que ellos dos, llegué y por suerte la Igna salió de las primeras así evitando que yo los tuviera que ver.

𝓶𝓸𝓶𝓮𝓷𝓽𝓪́𝓷𝓮𝓸 [𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora