Hincapié I

624 89 3
                                    


— Tu papá es el que me dio la noticia del embarazo. — Le conté de manera rápida a Nam en lo que su padre —quien resultó ser el Dr. Kim—este fue al baño, o al menos eso dio como excusa porque pude ver bien el cómo tomaba su teléfono y hacía el deje de marcarle a alguien. — Él me recomendó a tu madre como obstetra.

Después de abrirse la puerta y ver al doctor que me había atendido días atrás detrás de esta lo único que pude decir fue "Nam, tu papá ya lo sabe" seguido de una mirada seria por parte del próximamente abuelo y una invitación a pasar.

—Entonces, ¿Namjoon es el padre al que le ibas a dar la sorpresa? — ahogo un grito al sobresaltarme con la voz del mayor que ya se encontraba en la sala guardando su teléfono en el bolsillo delantero se su pantalón perfectamente planchado. Este se encontraba de brazos cruzados y miraba a Nam con reproche. Desde el momento en el que conocí al doctor lo imaginé como una persona eufórica ante todo, pero ahí está frente a mí la prueba de que mi teoría era incorrecta.

—Papá, es mejor a que esté mamá aquí para hablar. — El moreno toma la palabra por mí evadiendo la mirada de su padre. — Así puedo explicar mejor las cosas.

—No te preocupes, ya viene de camino. — El doctor mostrando firmeza en sus palabras cortó las palabras de su hijo como todo un macho alfa. — Jin, ¿Cómo van los síntomas? — Su tono cambió tan rápido que me tomó desprevenido. Sus ojos se volvieron más amables, incluso se marcaron arrugas en las esquinas de sus ojos haciéndolo ver como la persona eufórica que me dio la noticia de mi embarazo.

En qué me estoy metiendo...

— Yo, eh — Llevo mi vista de Nam a su padre y en reversa al menos tres veces. — Siguen exactamente igual, quiero comerme todo el ramen que haya en Corea y vomitarlo después para seguir comiendo.

El mayor de la sala soltó una carcajada y se sentó en el sofá individual y me invitó a sentarme ya que todo el rato en que estuvimos aquí ninguno se atrevió a sentarse, ni tan siquiera Nam que literalmente se crió aquí.

— A mi esposa le ocurría exactamente lo mismo que a ti con el hermano de Joon, no sabes cuantas veces tuve que salir a la tienda para comprar todo tipo de ramen. — Se inclinó un poco hacia al frente y llevó su mano izquierda hasta el bolsillo trasero para luego sacar su cartera. — Un día hubo una tormenta y tuvieron que cerrar todas las tiendas, ese mismo día, antes de la tormenta la vecina me había pedido un bolso de ramen. Yo le regalé el último con la seguridad de que iba por la tarde a comprar más. —Su sonrisa se expandió ante el recuerdo y abrió la cartera sacando varias fotos de esta. — Cuando se enteró de que había regalado el último paquete y que no podría salir a comprar más hasta el otro día decidió no hablarme por el resto de la noche. — Me extendió las fotos y rápido dejé escapar un grito gutural demasiado chillón por la ternura.

En la foto se podría ver a una mujer demasiado hermosa, con ojos grandes y brillantes y una sonrisa que enseñaba hilera de dientes completamente blancos y lineados a excepción de sus dos dientes frontales que sobresalían un poco dando una toque más tierno además de dos hoyuelos tan perfectamente dibujado en sus mejillas y una cabellera lacia que llevaba justo donde comenzaba el enorme vientre que resaltaba en la foto.

— Ya veo de donde heredaste esos hoyuelos Nam. — Solté con una sonrisa que no me cabía en el rostro.

— Ahí estaba embarazada de Joon. — continuó el mayor. — Así de grandulón como lo vez ahora no pasó de la noche a la mañana, desde la panza fue enorme.

El mencionado estaba con una sonrisa avergonzada mientras miraba la foto junto conmigo. Tomo otra de las fotos y en esta se podía ver a la misma mujer con un vientre un poco más pequeño junto con pequeño Nam abrazando sus piernas.

No es mío, es tuyo°• Namjin •° MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora