Hincapié II

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Después de que Hye Kyo me soltó las manos ambos nos dirigimos al comedor en donde ya la cerámica estaba colocada frente a cada silla en la mesa junto a los cubiertos que a pesar de estar desorganizados no quitaban el ambiente familiar que emanaba en el espacio.

En una de las sillas estaba Jungkook con una sonrisa que se agrandó desmesuradamente cuando el Dr. Kim salió de la cocina con un enorme cuenco lleno de pollo frito y de tras le seguía un tembloroso Namjoon con dos cuencos de lo que parece ser uno de arroz y otro de Kimchi.

Mi vista se quedó clavada en el moreno no solo por lo bien que se contemplaba con comida en sus manos, -sinceramente quien no se vería bien de esa forma- sino porque con cada paso que daba parecía temblar aún más haciendo cada cuenco tambalear entre sus palmas.

Cuando ya estaba más pegado a la mesa casi pasa lo que me temía, uno de sus pies pisó una de las agujetas de su zapato izquierdo haciendo que todo su cuerpo sintiera el poder gravitacional.

Por reflejo tomé el cuenco que iba en dirección al piso mientras que el otro por obra divina cayó en la mesa salvándose la mayoría del arroz que estaba dentro del cuenco a excepción de uno que otro grano de arroz que salieron del cuenco cayendo entre la mesa, el suelo y uno que aterrizó justo en la frente de Namjoon.

— Tienes un grano en la frente, Nam — Solté entre risas mientras me agachaba para poder quitar dicho grano de su frente

— ¿Todavía? Pero si me lo exprimí esta mañana — se quejó el moreno

Una leve carcajada se escapa de mis adentros mientras veía cómo, por reflejo, Nam formó un puchero en sus voluminosos labios tan poco perceptible que solo lo pude notar gracias a la cercanía que había entre nosotros en este momento.

Llevé mi diestra hasta el grano y con delicadeza lo tomé para luego enseñárselo al moreno. — Hablaba de esto Nam. — le indico entre risas viendo la vergüenza que se reflejó en las mejillas de este.

Poco a poco me sentía que ambos nos hundíamos en nuestro propio mundo para luego salir desprovisto de este tras la grave y falsa tos que el mayor del hogar soltó.

— ¿Piensan comer en el suelo como animales o piensan comer como personas normales? — Sentenció el padre de Nam con voz autoritaria y una mirada amenazante que me causó que el corazón dejara de latir por tres segundos.

Hay algo que el doctor desaprueba en el hecho de yo estar aquí, o más bien, el que Nam esté cerca. -O al menos eso deja entender con las miradas que nos lanza.-

En el rato que he estado en la casa pude notar como el mayor de la casa nos analizaba con la mirada cada vez que el moreno se acercaba a mi o viceversa.

— A-a eso vamos señor Kim— tartamudeo escuchando la burlona risa de Jungkook en el fondo.

Tomo el brazo del moreno que sigue en el suelo y haciendo un poco de fuerza lo ayudo a levantarse recibiendo un gesticulado "gracias" de su parte.

Este ya de pie comenzó a sacudir su pantalón para proseguir a la mensa en donde habían varios lugares vacíos pero ambos decidimos irnos por donde habían dos lugares vacíos al lado del otro quedando justo en frente de los Señores Kim.

A mi lado derecho, quedando solo en una de las caras de la mesa estaba Jungkook mirándome sin parpadear.

— Todavía no me creo que Kim Seok Jin está en mi casa mamá, está sentado en el comedor a punto de comer con nosotros. — el menor susurró hacia su madre rompiendo la atmósfera que comenzaba a volverse incomoda y volviéndola una más jocosa.

— Imagínate como está tu hermano, le ha temblado el ojo al menos unas veinte veces desde que se sentó. — El comentario que se supone que fuera íntimo entre madre e hijo fue escuchado por cada uno en la mesa haciendo estallar las risas de todos en el comedor a excepción del moreno y yo que nos ruborizamos de tal manera que los demás incrementaron sus risas. — Ya, ya, mejor paremos antes de que exploten.

No es mío, es tuyo°• Namjin •° MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora