Reflujo, Lágrimas y Miedos

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Un mes, exactamente un mes desde que una vida comenzó a formar en mi vientre tras una noche loca.

Un mes desde que me entregué a un moreno con hoyuelos tan dulces como el cielo y tan tentadores como el mismo infierno.

Un mes desde que entendí a Hanna Baker cuando dijo "Entonces ahí comenzaron los problemas, con esa sonrisa, esa maldita sonrisa" porque podría apostar que si Namjoon no hubiese llegado a sonreírme de la forma en la que lo hizo ese día yo no estuviese ahora mismo al frente del consultorio de la señora Kim esperando por la persona que últimamente no sale de mi mente. Acto peligroso sabiendo que antes me habían fotografiado justo en el consultorio de al lado donde me enteré de la noticia de mi embarazo.

Pero no tenia de otra debido a que mi cita es a las 8:00 am, justo cuando abre el consultorio y apenas son las 7:00 am y ninguno de los padres de Nam habían llegado a comenzar su día laboral.

La idea era llegar al menos 15 minutos antes de la cita para que de esa forma llegar a la par que la familia, si, familia porque al parecer la emoción de un nuevo Kim era tanta que incluso Jungkook quiso venir a la revisión.

Gracias a Dios solo van a estar presente durante el ultrasonido y no durante el cuestionario porque eso sería vergonzoso.

Incluso cuando Jungkook y yo nos hemos vuelto bastante cercanos hay cosas que no me gustaría que supiera.

volviendo al tema principal, me levanté media hora antes de que sonara la alarma y aprovechando de que el sueño no iba a volver decidí comenzar a arreglarme y sin darme cuenta ya estaba justo al frente del consultorio con al menos tres capas de ropa protegiéndome del frío. Debería estar dentro del auto con la calefacción prendida pero los nervios y el desespero me lo impiden.

Al menos a fuera puedo mantenerme caminado en círculos para liberar el estrés y gracias a la hora no había buitres siguiéndome.

Nam también me sugirió el traerme para así no tener que guiar y poder llegar todo al mismo tiempo pero eso significaba demorar más tiempo debido a que el hogar de la familia Kim está mucho más cerca a las clínicas que mi hogar, lo que significaba pasar de la clínica para ir hasta mi casa para luego bajar de nuevo hasta la clínica y volver a dejarme en mi casa malgastando tiempo preciado en donde puedo o estar llorando por mi bebé o comiéndome el mundo mientras culpo al feto por ello.

5 minutos después el auto de Nam apareció por la entrada de lo que eran ambas clínicas y se estacionó justo al lado de mi auto para que en menos de lo que canta el gallo estuviera al lado mío apresándome entre sus brazos dejándome atónito de la sorpresa.

En cuanto se separó creí que se iba a volver incomodo pero al contrario de eso el menor me enseño una de las sonrisas más grandes que tenía en el dispensario.

Caliente.

Esa es la palabra que describe como se ve el moreno con esa ropa desarreglada, el cabello aun humedecido por la ducha mañanera pero lo caliente cambia a tierno en el momento que vez esa sonrisa tan enorme llena de esperanza y esos ojos llenos de brillo.

—Buenos días Hyung — Saludó ese poste lleno de calor y ternura. — Pensé que iba a estar solo aquí, estaba tan ansioso que antes de pensarlo ya estaba de camino hacia acá. Mamá me regañó por los apuros pero ya me dijeron que estaba de camino junto con papá y Kook. ¿Le pasó lo mismo hyung, por eso llegó primero que yo? Debió llamarme en cuanto llegó está frío aquí...

— Nam

— Venga a mi auto, le puse calefacción, así el bebé no se congela...

—Nam

No es mío, es tuyo°• Namjin •° MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora