9, los recuerdos se sienten

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España habia planeado un dia de entretenimiento con su hijo.

Irian a recorrer Madrid, cosa que Plata no habia podido hacer hasta ahora, y comprar ropa, un pequeño fetiche y regalo por parte de España.

Estaba muy felíz por pasar el dia solo ellos dos.

Se vistió con unas pantalones negros ajustados y una camisa cremita con zapatos marrones, fue en busca de su hijo quien lo esperaba abajo, este vestia unos pantalones ajustados en negro con zapatos negros y una camisa con hermosos bordados a la altura del pecho.

En vista y opinión del español, se veía perfecto, tal vez demasiados.

Plata admiraba las nuevas y modernas estructuras de la capital de su padre, eran tan parecido pero muy diferente a la España que conoció en su niñes.

Una palpitante añoranza, orgullo, tristeza, felicidad y amargura, recorrieron su pecho, el Estadense no sabía el motivo de esa emocion de orgullo y victoria, de que se estaba olvidando que se estaba perdiendo.

Mientras el menor se consentro en saber el porque de esos sentimientos, el español sintio un gran dolor en su brazo izquierdo, el dolor sin herida le provocó tristeza, miedo, arrepentimiento, terror, sabia lo que se acercaba y eso oprimia su pecho, dolia con esos sentires.

Bajaron del auto, el menor miraba asombrado, España coloco una mano sobre su hombro, llamando su atención, y lo guió hacia un parque.

Niños jugaban y corrían por hay, sus padres reian y charlaban con otros, el país paso a un lado, todos le demostraron respeto y alegria al verlo.

Los infantes se le acercaron pero al ver a la otra nación, se mantuvieron lejos, el español noto eso e hizo que se acercaran.

- Hola críos...

Le saludo alegre, acarició los rizos de los cabellos de esos niños, estos sonrieron confiados.

- Quien es él señor España...

Preguntó inocente.

- Es mi crío, tío ven a presentarte...

Miro a su colonia, se le notaba nervioso pero conservando su compostura y educación, se acercó.

- Hola, me llamo Estados del Río de la Plata, colonia española, un gusto...

Se presento agachado, adora a los infantes, les recordaba a sus hijos que tuvo que dejar para que pudieran vivir con una mejor calidad, con todo lo que merecían.

España noto la tristeza en los ojos de su hijo, eso le preocupó por temor a que quisiera irse.

- Bueno críos, vayan con sus padres y no se alejen...

Les hablo, agarro por los hombros a Plata y lo alejo de los infantes, se adentraron al parque.

Plata se admiraba lo bien cuidados que estaban los parqués de Madrid, abrazo a su padre por la emoción.

España al sentir la presión en su torso se tenso, al bajar la vista pudo ver a su hijo que lo abrazaba, no pudo contener las lagrimas por resivir tal muestra de afecto, le correspondió el gesto haciendo más presión.

Era hermoso ver esa escena, algunos peatones no pudieron evitarlo y le tomaron fotos a padre e hijo, colonizador y colonia, y se fueron para darles su espacio.

El resto del día, España se la pasaba arrastrando a su hijo de tienda en tiendo como tambien de restaurantes y parqués, su sonrisa no se borraba y el Estadense lo acompañaba con la suya propia.

Las risas se escuchaban y era una armonía para todos aquel que lo escuchara, las fotos de ellos recorriendo cada lugar de Madrid no se hicieron esperar y publicadas llegaron al otro lado del Atlántico donde muchos países de juntaron con la organización.

Los latinos y anglosajones de América, no estaban contentos, sus lagrimas de tristeza e impotencia no tardaron en escapar, todos estaban reunidos planeando como recuperar a su, hijo, hermano, amigo, compañero, alguien importante.

El atardecer calló, padre e hijo se detuvieron a ver la puesta de sol, era hermosa en propias palabras de la colonia.

Tenía sus dedos entrelazados, España los mantenia juntos, la opresión de perder algo seguia presente pero siendo opacada por la presencia a su acompañante.

Esta vez no lo perdería, esta vez no cometeria los mismos errores pero sabia que tarde o temprano el chico le pediría su independencia, que podria obtenerla de nuevo, que los demas lo apoyarian para conseguirla.

Queria seguir en su burbuja de en sueño pero el sonido de una nueva notificación lo interrumpió, hastiado solto la mano de su hijo y se alejó unos pasos.

Al contestar no le gustó lo que oyó, su ministro le informo de que varios países habían tomado un vuelo junto con ONU hacia su aeropuerto, colgó un poco preocupado y volteó a ver a su niño, pero no estaba.

Se acercó a donde debería estar, miro su alrededor preocupado hasta que risas de niños jugando y suplicando le llamaron la atención.

Tras unos arbustos, muchos niños jugaban y entre ellos un joven, que los hacia dar vuelta en sus brazos que les ronreia y daba cosquillas a los infantes.

Los padres observaban con ternura ese intercambio entre la colonia y sus hijos, los adolecentes que se comportaban rebelde y oponían a salir con sus padre veían esa escena con sentimientos encontrados, sus hermanos menores jugando con una nación siendo felices sin ellos y sus padres riendo de felicidad olvidando sus problemas.

Dejaron de lado sus berrinches y se acercaron a la colonia, sus orgullos lo tiraron junto con sus celulares y auriculares. Frente a todos se presentó una escena que jamas pensaron que verían.

La colonia e hijo de su país jugando con sus hijos infantes e hijos adolecentes, conviviendo como si fuera algo de siempre, los adolecentes riendo mientras jugaban con sus hermanos y los infantes felices de poder estar con sus mayores.

España estaba fascinado, su hijo habia echo que distintas generaciones se unieron a convivir, sonrio con orgullo.

Antes era muy reservado pero ahora era mas cariñoso, se quedó observando con añoranza en su mirar, no iba a interrumpir eso hasta que tengan que partir.

Plata se divertía entre los infantes y adolecentes, le agradaba que pudieran llevarse tan bien, siempre quiso ver así a su gente, pero supo que hizo lo correcto al dejarlos.

Riendo los infantes y sus padres se retiraron, con fotos de sus hijos jugando y riendo juntos, la colonia permaneció hay hasta que vio a su padre, se le acercó y fue envuelto en sus brazos.

España atrapó a su hijo en sus brazos y empezó a repartir besos por su cara, frente y cachetes no tuvieron salvación.

Los espectadores no faltaron que los grabaron y sacaron fotos para luego publicarlos, mandaron las fotos al presidente para que este luego se las de a la nación.

España y Plata quedaron con sonrisas abrazados, volvieron al auto y partieron al Palacio, la noche calló dejando un manto azul y negro adornado con pequeños astros brillando.

Las risas se conparaban a esas estrellas en pleno cielo, ambos ingresaron al Palacio, agotados, se durmieron sin haber cenado.

El Estadense fue el primero en dormir, abrazando a su padre en el torso, el español lo envolvio en sus brazos contemplando su descanso.

Un pensamiento atormentaba su mente y no lo dejaba descansar, el dolor insitente en su brazo y las punzadas de miedo, lo hacian odiar el mañana.

No quiere que le arruinen su nueva oportunidad, él quiere que ese dia se repita mil veces más, cerró sus ojos y apretó el agarré de sus brazos, reteniendo a la colonia contra él, logrando conciliar en sueño, ambos se durmieron acurrucados.

No se ustedes, pero algo confuso el cap, creo.

Saludos.



Una colonia, otra vez... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora