CHAPITRE UN

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Contemplo la bañera siendo llenada por el agua que cae del grifo mientras quito de mi cuerpo las prendas de ropa interior que han sido completamente manchadas por aquel líquido que contiene aquel color que mis ojos tanto adoran: rojo pasión.

Sin duda, el color más bonito junto con el rosa, podría decirse que, ambos son de mis colores favoritos.

Cuando veo que la bañera se encuentra suficientemente llena para sumergir mi cuerpo en ella, detengo el grifo, pero antes; no puedo evitar pasar una mirada rápida por el espejo para apreciar mi imagen. Mis manos se encuentran completamente manchadas de sangre y en mi abdomen decoran algunos arañazos que se encuentran manchados del mismo líquido. Deshago la cola de mi cabello oscuro antes de volver a acercarme a la bañera y así introducirme dentro de ella para disfrutar del agua ardiente que envuelve por completo mi cuerpo. Este, sin duda, es mi segundo momento favorito del día de hoy.

No sé cuánto tiempo pasa porque intento dejar mi mente fuera de cualquier distracción, pero sé que ha pasado más de media hora cuando decido salir de la bañera para envolver mi cuerpo en una toalla antes de salir del baño e ir hasta mi habitación.

Allí me encuentro con el cuerpo de Adrien, un gran amante en la cama, pésimo en el amor.

Él realmente pensaba que iba a conseguir enamorarme con su odiosa personalidad.

Nadie ha podido conseguir eso por ahora, o por lo menos, no tan profundamente.

Dejo caer la toalla en el suelo antes de acercarme a la pequeña estantería que se encuentra pegada a la pared, justo al lado de la ventana con vistas a la preciosa ciudad de Marsella. En la estantería, cojo la cámara polaroid para después volver a acercarme al cuerpo del rubio de ojos verdes, cuando me encuentro en frente del chico, me arrodillo delante del cuerpo para estirar mi mano hasta sus ojos y cerrarlos con mis dedos. Estos no volverán a abrirse jamás.
Observo detalladamente el cuerpo descuartizado del chico, las heridas que aún podían contemplarse en algunas zonas de su pálida piel. Rozo uno de mis dedos sobre la herida para mancharlo de sangre y, una vez manchado, acercar el dedo hasta mi lengua para lamer este disfrutando del sabor metálico que desprende. Sonrío maliciosamente.

Tuvo una muerte rápida, ni siquiera habrá podido notarla, pues él no esperaba este gesto de su pequeña y dulce Lyrae.

Acerco la cámara a mi ojo para observar el resto del cuerpo de Adrien desde la perspectiva de la cámara antes de apretar el botón consiguiendo que de la cámara salga la dulce imagen del cuerpo de Adrien.

Ahora viene lo peor, tener que ocultar su cuerpo. Sin duda, la parte más difícil de este excitante pasatiempo, pero he de admitir que no lo cambiaría por nada, pues adoro la adrenalina que siento desde que escojo a mi víctima hasta que oculto su cadáver.

Me levanto del suelo para acercarme al armario y sacar de este algún vestido apretado que logre resaltar las curvas de mi cuerpo, opto por un vestido de terciopelo rojo, este tiene un gran escote delantero y mangas largas; perfecto para la ocasión de hoy.

Hoy tengo dos citas, la primera es la incineración de Adrien, primero me tengo que ocupar de esta antes de presentarme a la reunión que hay a las ocho de la noche en el famoso restaurante La Salle. En esa reunión me reuniré con mis antiguos compañeros y profesores de la universidad.

Después de escoger los tacones, vuelvo al baño para empezar a maquillar mi rostro con tonos naturales, exceptuando los labios; que decido decorarlos con un color mate, un marrón oscuro que consigue resaltar el tono bronceado de mi piel.

Una vez lista, contemplo mi imagen durante unos segundos delante del espejo, a veces puedo sonar narcisista, pero; estoy enamorada de la persona que soy, tanto dentro como por fuera.

DEAR; FEMME FATALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora