Estiro mi brazo sin poner mucha atención, intentando encontrar el móvil en la pequeña mesita que se encuentra cerca de la cama, cuando siento tocar el objeto frío, lo agarro y lo acerco a mis ojos para contemplar la hora del móvil; son las 8 y media, podría dormir un rato más pero no me gusta llegar tarde a ningún lugar, prefiero llegar pronto. Hoy tengo planes con Brandon para desayunar con él, y a pesar de no tener mucho interés en el chico, una parte de mi sí la tiene.
Una sonrisa aparece en mi rostro al recordar que tengo unos días libres, tengo unas pequeñas vacaciones y no debo de ir a trabajar, tengo los días libres y creo que pienso aprovecharlos para divertirme y despejarme, quizá, incluso pueda aprovechar estas vacaciones para encontrar a algún hombre con el que pasar mi tiempo libre.
Ahora que no tengo a Cedric metiéndose en asuntos que no le incumben, voy a poder divertirme, vivir mi vida de la manera que yo decida, y desde luego, empiezo a sentir deseo por el sacrificio de alguna persona, especialmente, de un hombre.
Me levanto de la cama perezosamente y camino hasta la cocina, buscando alguna bebida que logre satisfacer mi sed antes de volver a la habitación y vestirme con un sencillo y básico vestido de día blanco. Cuando mi mirada pasa por el espejo del armario, no puedo evitar sentir fascinación al ver lo limpia que se encuentra mi cara después de verse tantos días seguidos con ojeras y alguna que otra mancha roja que sale en mi rostro al ponerme nerviosa, sin duda, la Lyrae que deseo está volviendo.
Sin embargo, no puedo evitarlo, soy una gran admiradora del maquillaje y es imposible para mi salir de casa sin un gramo de maquillaje. Me decido por destacar mis anchos labios con un morado mate y mis pestañas con un poco de rímel.
Siento mi móvil vibrar en el bolsillo de mi pantalón: es una notificación de Brandon. Me fijo en la hora, son las 9:20, voy bien de tiempo.
De: Brandon
Para: Lyrae
Buenos días, preciosa. ;)
Le respondo con un emoticono de una cara sonriente y me coloco una de mis chaquetas de cuero oscuras y cómodas, una perfecta para el tiempo frío que hay en Marsella. Sintiéndome preparada, cojo el bolso y me dispongo a salir del departamento. Cuando las puertas del ascensor se abren, me encuentro con Edward. Encontrarme con él y conversar mínimo una vez al día se ha convertido en algo tradicional.
—Buenos días —saludo al chico, él alza una ceja.
—¿Hoy trabajas más tarde?
Niego antes de responder.
—Veré a una amiga.
—¿Quieres que nos veamos más tarde?
Me encojo de hombros.
—No sé si hoy voy a tener tiempo libre —respondo volviendo a fijar mi mirada en la hora que marca mi dispositivo móvil. Odio llegar tarde—. Voy a tener más tiempo libre ahora, tengo vacaciones.
La puerta del ascensor se encuentra a punto de cerrar, él da un paso hacia adelante para detener el cierre de la puerta y, a la misma vez, dejar un beso sobre mi mejilla.
—Ten cuidado, nena.
Siento mis mejillas arder, su ronca voz y el tono atractivo que utiliza para decir aquella palabra consigue estremecerme, intento evitar su intensa mirada mientras doy unos pasos adentrándome al ascensor, él sale y gira su cuerpo para dedicarme una sonrisa.
Chico coqueto.
Salgo del edificio dirigiéndome al aparcamiento para adentrarme al vehículo y empezar a conducir hasta la conocida calle que no ha dejado de ser visitada por mi durante estas últimas semanas, no recuerdo el nombre del bar en el que me voy a encontrar con Brandon, pero sí recuerdo la característica estética del lugar, ya que, los tonos oscuros captaron mi atención en seguida.
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DEAR; FEMME FATALE
RomanceLyrae Bourdeu es una joven diseñadora de moda que reside en Francia. Su vida es, aparentemente, normal, al menos desde el punto de vista de cualquier persona que no conozca los detalles más profundos y personales de la chica, pero la realidad es qu...