Prólogo

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Desde que llegó a Vyndra, se puede decir que Tom no tuvo mucho tiempo para procesar lo que le sucedió.

Este planeta era enorme. El día y la noche eran más extensos que el planeta de donde venía.

Los humanos y las otras especies pululaban por toda la ciudad, pasaron unos meses hasta que se acostumbró al ambiente. Tuvo que aprender las reglas que solo aplican para los dotados, básicamente estaba obligado a concurrir a un centro donde se le enseñaba a controlar su habilidad. Si bien su caso era bastante particular, nunca notó que el suyo era diferente a la de los demás niños, desde que le dijeron que solo podría reparar a su guardián una vez se gradúe del centro ,solo se dedicó a estudiar y entrenar.

Esa persona que lo trajo, no lo visitaba demasiado desde que lo llevó a su apartamento, solo le dijo que tendría lo suficiente para sobrevivir hasta que sea capaz de mantenerse a sí mismo. Habría días en los que aparecería para preguntarle si necesitaba algo en particular y no volvería a aparecer durante algunas semanas. Noto que siempre parecía estar triste o melancólico. .

Luego de unos meses. Se sentía a gusto consigo mismo, logró controlar esta habilidad que fue tan problemática hace unos años. Esta mañana le parecía particularmente brillante, gracias al orgullo que se permitió sentir, en su camino hacia el centro de entrenamiento, sin darse cuenta empezó a prestar atención a la gente con la que se cruzaba, esto era algo que nunca hizo desde que llegó a Vyndra, siempre estuvo centrado en aprender a controlar su habilidad, ya que era uno de los mandamientos de sus padres. Su mirada lo llevó a una familia de tres, el niño era uno de los estudiantes del centro, parecía feliz mientras hablaba con su padre sobre cómo había crecido su criatura luego de criarlo durante unas semanas, y ya podría participar en los combates pvp de la ciudad.. Se preguntó si podría pedirle a su tutor si le permitiera tener uno de esos aparatos que le permitían criar esas criaturas.

En el centro, durante el descanso, Estuvo charlando con sus compañeros, particularmente preguntó sobre esas criaturas se llenó de información sobre el proceso de crianza y los combates, parecía interesante y empezó a interesar más y más por ellos, se había decidido a pedirle a su tutor que le comprara la pulsera .

Tom tiene 10 años, desde que llegó al centro, los demás niños notaron que era un poco distante. Sabían que vivía prácticamente solo. Siempre estaba centrado en controlar su habilidad, no tenía muchos cambios de ropa , tenía el peso adecuado para su edad. Su cabello creció desde que llegó y él parecía no notarlo. Hoy era la primera vez que se lo veía interesado por algo más que el entrenamiento. Esto alegró a sus compañeros con Tom eran 4 y era el mínimo de integrantes que podía tener un equipo de dotados, ya que siempre fue tan recto, a los niños les costaba tratar con él, enseguida sintieron este cambio y se dejaron llevar, este evento mejoró su relación y a partir de este día y las siguientes semanas el entrenamiento fue más divertido y Tom también lo disfrutó.

Su tutor le compró la pulsera que le permitía empezar a criar una bestia. Sin darse cuenta encontró algo más que lo distrajo de la situación que evadió desde que llegó a Vyndra...

 Sin darse cuenta encontró algo más que lo distrajo de la situación que evadió desde que llegó a Vyndra

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