20.- Aprendiendo de los sobrenaturales 💥

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RAINER.

Hacia bastante tiempo que no tenía insomnio, a tal nivel que se me hacía extraño estar despierto a las tres de la mañana. Sin duda algo extraño me estaba pasando. Observé a la chica castaña que dormía plácidamente sobre mi pecho. Sus largas pestañas le hacían sombra en sus pómulos, su respiración regular y tranquila me hacía cosquillas en el cuello y enredaba cada cierto tiempo mis dedos en los leves rizos de su cabello. Ni en mis sueños más locos me vi en este tipo de situaciones con esta chica, pero heme aquí, compartiendo la cama y velando el sueño de mi primer amor.

Porque sí, Amelie sin duda había sido mi primer amor, y curiosamente nos hemos vuelta a encontrar. Tal vez Jackson tenga razón, y los Dioses me han mandado señales para estar junto a ella.

Zich bevrijdend opstellen— susurró la castaña mientras arrugaba la frente.

Apretó con fuerza su puño, empuñando parte de mi polera. Creo que está teniendo una pesadilla. Acaricie su espalda y la acerque más a mí, ella al notar mi tacto se relajó lentamente y me abrazo el torso. Suspiró.

Esas palabras, ese idioma. Lo conocía. No estaba seguro de cómo y por qué, pero sabía lo que quería decir como también el poder que tienen.

Libérate a ti mismo.

** ** **

Al despertar, Amelie no estaba a mi lado. Me sentí algo desorientado, aun no estoy acostumbrado a despertar en otro logar que no sea mi habitación, pero el despertar aquí no me disgusta para nada.

—Buenos días, dormilón— dijo la chica entrando en la habitación.

Tenía dos vasos de jugo en las manos, los dejó sobre su escritorio. Se acercó a mí.

—Buenos días— la vi sentarse en la cama, me beso castamente —. Podría acostumbrarme a esto.

—Por qué no me sorprende— negó mientras sonreía, volvió a besarme.

Tuvo la intención de alejarse, pero le rodeé la cintura con los brazos y tiré de ella para recostarla a mi lado. Una pequeña risa salió de sus labios antes de encontrarse con los míos, llenándome de miles de sensaciones tan increíblemente placenteras que sentía que flotaba. Besar a Amelie es igual que llegar al paraíso para mí.

La miré a los ojos al separarnos. — ¿Qué hora es?

—Las diez de la mañana.

—¿Qué?, llegaremos tarde a clases, ya vamos tarde a clases— me levanté rápidamente de la cama con ella aun entre mis brazos.

La castaña quedó sentada en mi regazo y me acunó la mejilla con la mano, distrayéndome por completo.

—Tranquilo, bonito— chasqueó los dedos con su otra mano, la bandeja de comida comenzó a flotar hacia nosotros —. Cancelaron las clases por el incidente de ayer. Iba a despertarte antes, pero te venias muy lindo durmiendo.

Sus palabras me relajaron, llevé la espalda contra el respaldo de la cama.

—Hoy harán una ceremonia celta para Anabelle, vendrá su familia y su tribu para rendirle honores.

—Aún no me lo creo, no puedo creer que alguien haya muerto— Amelie se levantó de mi regazo y tomó la bandeja flotante, la trajo a la cama para dejarla entre nosotros —. Siento que este mundo no deja de sorprenderme.

—A veces yo me siento igual, y eso que soy la más rara en un mundo de raros— se sentó en la cama.

—Dirás eso, pero para mis ojos y percepción, tu eres lo más hermoso del mundo.

Lazos Oscuros [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora