39.- Plan de Tolerancia 💥

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RAINER.

—Rainer, Rainer— susurró alguien mientras movía mi hombro, abrí los ojos.

—Kelsey— dije, despertando un poco más—. Lo siento, me quedé dormido.

—Estas agotado, es normal— la morena sonrió sin mostrar los dientes—. Ten, el café es un buen amigo en estos casos.

—Gracias— recibí la taza humeante.

—¿Cómo va la herida?

—Ya está curada por completo, pero igual gracias por la ayuda— toqué la venda por sobre la polera—. Esa daga ardía como el mismísimo infierno.

—Está bendecida— explicó—. Son raras las armas que están bendecidas por el Cielo o el Averno; la verdad tienes mucha suerte de estar aquí todavía, nadie sobrevive a ese tipo de armas.

—Russell aseguró que no podría regenerarme, y estoy seguro de que su objetivo era clavármela en el pecho para matarme— sonreí de lado—, pero falló.

—Gracias a los Dioses no ocurrió— miró a la castaña en la cama—. Lo habría quemado vivo, o hecho cosas peores, te lo aseguro.

—No lo dudo.

Observé a Amelie. Lucia tan hermosa y calmada; como si fuera una muñeca de porcelana que temieras romper con un simple toque. Sus largas pestañas le hacían sombra en los pómulos y su cabello, largo y un poco ondulado, caía con dos perfectas cascadas de castañas cobrizas a cada lado de su pálido y bello rostro.

—Hacen una pareja muy bonita— Kelsey sonrió—. Se nota que están loquitos el uno por el otro.

—He escuchado que el encanto Steinfield es fuerte.

—Mira a quien se lo dices, estoy casada con uno— miró sutilmente su anillo—. Los Steinfield son unos huracanes intensos y abrasadores, pero solo algunos logramos manejarlo, o en mi caso, domarlos.

—Bastian y Amelie son muy unidos, de hecho, me dijo que a veces olvida que es su tío y no su hermano— comenté, recordando nuestras conversaciones sobre su familia—. Al igual que contigo, te ve como una de las mejores brujas y personas que ha conocido.

—Bash a veces es como un chico de dieciocho años; cree que puede comerse el mundo —sonrió—. Cuando supo que sería tío, estaba saltando de la emoción, y cuando Amelie creció, notó el gran parecido que compartía con su sobrina, ese espíritu de hacer las cosas a su manera, a pesar de que no sea lo correcto, o lo más fácil. De hecho, Bash tendía a impulsarla a romper las reglas de Aaron— su sonrisa se volvió triste—. Él siempre creyó que era un error negarle a Amelie sus dones, negarle a llevar una vida normal, a pesar de ser única. Y por lo que vemos, no estaba equivocado.

Sus ojos volvieron a caer en la durmiente chica castaña.

—Y por mi parte, descubrí cosas maravillosas gracias a ella— sus ojos se cristalizaron—. Tuve la fortuna de ya estar junto a Bash cuando nos enteramos de su existencia, y fue el mayor regalo que los Steinfield han recibido después de tanta tempestad. La vi crecer en cada ámbito, desde la estatura hasta su dominio de dones— sorbió su nariz—, y de no ser por ella, tal vez yo no estaría aquí. Ella es como la hermanita que nunca tuve, pero que siempre deseé.

—Se me hace increíble como todos ustedes hablan de ella. El amor y devoción que expresas sus palabras muestra lo mucho que les importa todo con respecto a ella.

—Tal vez ya lo has escuchado, pero cuando la llamas milagro no es solo por su condición única; también va porque le brindó a cada integrante de esta familia una razón para alejarse de la oscuridad— me miró—. De la misma forma que tú haces con ella, tú le das una luz de esperanza para no caer al pozo, y ella le da esa misma luz a todos los Steinfield.

Lazos Oscuros [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora