RAINER.
Hace mucho que no entraba en la enfermería de Silverstone, pero preferiría mil veces que no estuviera como está ahora. Algunos licántropos estaban heridos por las mordidas de los vampiros, y como me explicó Cam, no existe hechizo, tratamiento ni cura para la mordida; simplemente morirían.
—Podemos disminuir el dolor, pero nada más— comentó la profesora Bing mientras aplicaba un hechizo sobre uno de nuestros compañeros.
El director nos citó aquí a los minutos que habernos mandado a nuestras habitaciones, y Jackson decidió acompañarnos. Los druidas y los licántropos ilesos también estaban aquí, ayudando a sus compañeros y amigos a estar más cómodos y disminuir sus dolores tanto como fuera posible.
—Señorita Donovan ¿podría ir a ayudar a la profesora Bing? — habló el director.
Janett asintió y caminó hacia la camilla que atendía la profesora; se veía que necesitaba apoyo con ese licántropo. Cam estaba del otro lado, viendo a otros miembros de la manada escolar y asegurándose de que estuvieran lo más cómodo posible.
—Señorita Fields, quiero hablar en privado con usted— el hombre pasó la mirada por mis dos acompañantes—. Ahora.
Amelie apretó mi mano. — Bien, pero Rainer y Jackson se quedan conmigo— demandó —. Ellos lo saben todo.
—Muy bien, síganme— caminó hacia una puerta y nos hizo pasar primero
Entramos en la oficina personal de la señora Truman; la enfermera. Caminó por el lugar hasta pararse frente a la gran ventana con vista al jardín botánico y los invernaderos.
—¿Cómo se le ha ocurrido llevar a cabo ese acto barbárico, señorita? —soltó sin mirarnos—. Pudo herir de más gravedad a sus compañeros con esa magia, sobre todo si aún no tiene control sobre ella.
—Los vampiros nos estaban atacando a todos, tenía que actuar rápido—la castaña se movió, incómoda, a mi lado—, pero si es verdad que no pensé que el hechizo sería tan fuerte.
Aún está choqueada por todo lo ocurrido hace menos de una hora, y durante todo este tiempo no ha dicho mucho; solo ha asentido o negado con la cabeza, apretando mi mano cada vez que se sentía mal o culpable. Necesitaba estar a solas con ella, que hablara para dejar salir todo lo que ha callado.
En el momento que salió del círculo, supe que debía ir tras ella; intenté resistirlo y confiar en sus palabras, pero la voz en mi cabeza gritaba su nombre con tanta fuerza que salí corriendo del círculo de forma impulsiva e ignorando los llamados de nuestros amigos. Al verla ahí parada; tan sombría y complacida por estar torturando a Brianda, comprendí que la magia negra la estaba consumiendo, se estaba apoderando de su mente.
—Lo entiendo, se me salió de las manos, pero logré mi cometido. Detuve el ataque— finalizó.
—Es verdad, director— habló Jackson —. Amelie nos salvó de una tragedia aún peor.
El hombre canoso se giró para vernos, se le notaba cansado. —Existen mejores formas de llevar a cabo las mismas acciones, señor West— pasó por nuestro lado—. Ya pueden retirarse, o si gustan quedarse a ayudar.
Jackson decidió quedarse mientras Amelie y yo salíamos de la enfermería. Los profesores corrían de un lado a otro, llevando a los vampiros a un lugar seguro para ver qué pasaría cuando resucitaran. Vimos al profesor Russell a lo lejos, estaba vigilando que nadie pasara a la zona del bufet; nadie más sabía lo ocurrido con Brianda.
Apresuré el paso llevando a la castaña conmigo hasta las escaleras y seguidamente a su habitación. Amelie se veía confundida y asustada, tratando de procesar lo que había pasado. Al llegar a su habitación, cerré la puerta detrás de nosotros, la chica se paró en medio de la habitación, temblaba ligeramente mientras pasaba las manos por su cabello.
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Lazos Oscuros [Libro 1]
FantasySoy una abominación de la naturaleza, una fisura en el gran orden natural de las criaturas. Una extraña y única creación. Desde que tengo uso de razón mi familia se ha dedicado a protegerme, se han asegurado que el "mal" que siempre los ha perseguid...