AMELIE.
Pasadas un par de horas, decidí que ya era el momento de volver a la escuela, ya había logrado calmarme, satisfacer ese deseo desenfrenado de liberar mis poderes, solo eso lograba aliviarme.
El atardecer se estaba mostrando, cubriendo el cielo de tonalidades anaranjadas, rosadas y amarillas, de seguro que la mayoría estaría en el comedor para las meriendas o en el salón de estar para convivir. No me sentía con ánimos de compartir con mis amigos ni con nadie, estaba segura de que todos aún estarían hablando de los chismes de las hechiceras y no quería volver a escuchar sobre este tema.
Los Steinfield, la temida y odiada familia original. De solo pensar eso, sentí una corriente recorrerme la espalda.
Caminé por los pasillos de la escuela con normalidad y sigilo, no quería llamar la atención de nadie, solo quería llegar a mi habitación, darme un baño y tirarme en la cama. Subí las escaleras hasta llegar a al pasillo de las habitaciones, me apresuré a llegar a mi puerta, pero una mano en mi muñeca me detuvo de golpe.
—Amelie, ¿estás bien? — preguntó Jackson desde el umbral de su puerta, soltó mi muñeca.
—Tranquilo, Jay-Jay. Estoy bien— le sonreí levemente, con la esperanza de que eso fuera todo.
—Tenemos que hablar.
El chico miró hacia ambos lados del pasillo, cerciorándose que no hubiera nadie cerca, después me hizo una seña con la cabeza para que entrara a su habitación.
—Ahora estoy cansada, tal vez mañana— su mano otra vez tomo mi muñeca. Mierda—. Jackson, hablo ens...
—Lo sé todo, Amelie— soltó. Mi respiración se cortó al segundo.
Mi cuerpo se tensó por completo al escuchar sus palabras.
No es posible, no. ¡No es posible!
Durante años había sido cuidadosa, siempre me he cerciorado de que nadie me vea en mis momentos de debilidad, he tenido especial cuidado con los médiums que he conocido en esta escuela. No puedo creer que Jackson lo sepa.
—No sé de qué hablas— preferí hacerme la desentendida, en muchas ocasiones me había servido.
A veces me perturbaba la naturalidad de mi voz y la soltura de mi cuerpo al decir mentiras, si alguien me escuchara, pensaría que de verdad estaba diciendo la verdad. No debería sentirme orgullosa de ser una buena mentirosa, pero también me ha sacado de varios problemas esta habilidad, sobretodo de mis padres.
—Am, por favor, ¿podemos hablar en privado? — Jackson volvió a señalar su habitación.
Definitivamente no tengo escapatoria, y pienso afrontarlo con la frente en alto y actitud serena, después de todo, mi don en las mentiras puede salvarme.
—Bien, pero que sea rápido, de verdad estoy cansada— respiré profundamente y entre en la habitación del castaño.
La habitación de Jackson estaba pulcramente limpia y ordenada, un gran beneficio para él, pues aún no le asignaban un compañero para este último año, aunque no veo que el médium se queje por ello. Noté que tenía diversos talismanes y también cuarzos de distintos tamaños, los cuales tienen conexiones con variadas energías. El aura tranquilizante que tenía el lugar me ayudaba ligeramente, pero no lo suficiente, para mi mala suerte.
Jackson cerró la puerta y escuché el click del seguro, se acercó a mí para sentarse en la orilla de la cama, me hizo un gesto para sentarme a su lado y así lo hice.
Inhalé profundamente. —Bien, ¿Qué es lo que supuestamente sabes de mí?
—La verdad.
—Una respuesta muy amplia, ¿no lo crees, Jay-Jay?
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Lazos Oscuros [Libro 1]
FantasiaSoy una abominación de la naturaleza, una fisura en el gran orden natural de las criaturas. Una extraña y única creación. Desde que tengo uso de razón mi familia se ha dedicado a protegerme, se han asegurado que el "mal" que siempre los ha perseguid...