AMELIE
Todos están reunidos en el jardín, mirando fijamente a una mujer con una enorme capucha burdeo oscuro en el centro del patio. La única que esta cerca de ella es mamá, la cual estaba en un estado entre el asombro y la extrañez.
—¿Estás completamente segura de lo que dices? — preguntó mamá, al segundo notó nuestra presencia.
—Siempre lo estoy, Genevieve. ¿Piensas dudar de mi ahora, después de tantos años?
—Sabes que no lo haría— mamá sonrió —, te confié mi mayor posesión en esta vida.
—Entonces sabes que mis palabras son más reales que cualquier otras.
Me paré junto a papá, el cual está completamente tenso, y en estado de alerta.
—¿Qué ocurre, papá? —susurré.
Este respiró profundo. —Aún lo estoy procesando, princesa.
Mamá se giró hacia nosotros, con los ojos un tanto conmocionados, pero parecía estar un poco más tranquila que al principio.
—Amelie, ven, por favor— tanto su mirada como la de aquella mujer estaban en mi—. Rainer, tú también.
La verdad no sabía que pensar sobre esto. Rainer entrelazó sus dedos con los míos antes de caminar hasta ambas. Tenía un extraño presentimiento, pero no lograba distinguir si era bueno o malo.
La desconocida se quitó la capucha, dejandonos detallarla mejor. Es pelinegra azabache, con la tez tan pálida que sus labios rojos y ojos oscuros resaltaban con facilidad. Vestía con ropa elegante y sus manos estaban cubierta de joyería, me recordaba a unos bocetos que había hecho hace años. Nunca fui una gran dibujante ni nada parecido, pero cuando mi mente gritaba por querer plasmar algo me volvía una artista por varios minutos, y está mujer es igual a un dibujo que hice una vez, sobre un sueño.
—Es un placer verte de nuevo, Amelie Steinfield Kenner— una sensación me recorrió la columna al escucharla hablar—, y es un gusto al fin conocerte Rainer Sanderson Facinelli.
Rainer quedó tan en shock como yo, entiendo que, si conoce a mi madre, existía la posibilidad que me conozca a mí, pero ¿Rainer?, ¿Cómo demonios lo conoce?
—¿La conozco? — Preguntó mi novio, totalmente confundido.
La mujer rió. —Claro que te conozco, muchachito, solo que tú no sabes que me conoces.
¿Qué?
—¿Cómo es que lo conoces? — me atreví a preguntar.
Ella volvió a reír, esta vez llevando su mirada a mí y después a él, analizándonos intercaladamente. Se llevó el dedo índice an mentón con una expresión divertida y burlona.
—Eres exactamente como predije que serias, niñita, ¿Quién diría que terminé conociéndote mejor de los que muchos creen? — posó sus ojos en Rainer—, al igual que a ti, solo que, en tu caso, mi conocimiento es solo un poco más limitado, pero se lo suficiente como para aclarar tus dudas.
Doble ¿Qué?
—Estoy algo confundido, ¿Quién es usted? — soltó Rainer.
—Pueden llamarme Delailah— hizo una ligera reverencia con la cabeza.
—¿Y quién es usted, Delailah?
Mi mente buscaba y buscaba algo que me relacionara con esta mujer, pero no encontraba nada. Su rostro solo me era familiar por el sueño que tuve y el boceto que hice, y su nombre no me sonaba de ningún recuerdo que pudiera tener, lo que sí es que su voz me causaba una sensación es la espina dorsal, y creía saber el por qué. Su presencia destila oscuridad; un tipo de oscuridad que nunca había sentido.
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Lazos Oscuros [Libro 1]
FantasySoy una abominación de la naturaleza, una fisura en el gran orden natural de las criaturas. Una extraña y única creación. Desde que tengo uso de razón mi familia se ha dedicado a protegerme, se han asegurado que el "mal" que siempre los ha perseguid...