41.- Los progenitores 💥

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AMELIE.

Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos. Abuelos.

Mi mente no paraba de repetir esa palabra una y otra vez. Son mis malditos abuelos: Conrad Steinfield y Eleonor Argent de Steinfield; el primer Gran vampiro y la primera Gran bruja creados por el regalo de los Dioses. Los patriarcas y progenitores de la familia Steinfield.

—¿No piensan decir algo, mis amados hijos e hijas? — habló Conrad—. Creí que los habíamos educado bien, pero no son capaces de presentarnos como se debe a nuestra única nieta.

Estoy estática y en shock a la vez, ¿de verdad esto está pasando ahora?

Eleonor y Conrad están aquí, frente a mis ojos y los de sus hijos, y habían matado a Russell. Mis abuelos paternos están aquí, los mismos que los maldijeron, los indujeron a la oscuridad, los traicionaron, y les han dado caza durante décadas.

—¿Qué hacen aquí? — preguntó Zach, casi escupiendo las palabras.

—¿Qué no es obvio?, hemos venido a verlos, hijos, y también vinimos a conocer a nuestra dulce, linda y única nieta— Eleonor levantó la mano para acariciar mi cabello.

Mamá puso sus manos en mis hombros, tirándome hacia su cuerpo y evitando que la mujer rubia me tocara.

—No te atrevas a tocarle un solo pelo a mi hija, sino te quebraré los dedos— gruñó la híbrida en tono amenazante.

Los ojos de Eleonor cayeron en ella. —Dioses, Genevieve Lynn Kenner— sonrió con diversión—, tan amable y decidida como siempre. Los años no te han cambiado.

—Vaya, vaya, vaya, la reina de San Gabriel sacó las garras, que sorpresa— Conrad rio con diversión —. ¿Y qué dice el rey?

—Lárguense de aquí— soltó papá, amenazante—. Nunca han sido y nunca serán bienvenidos aquí, no sin que haya más de mil metros de tierra de distancia, y jamás les dejaría conocer a mi hija.

—¡No le faltes el respeto a tus padres, Aaron Cornelius! —Conrad avanzó un paso —. No querrás que mi nieta aprenda a faltarle el respeto a sus mayores, ¿o sí?

Papá gruño.

—¿Por qué están aquí?, ¿Por qué lo mataron? — pregunté. Ambos progenitores me miraron.

Viéndolos detenidamente, lograba ver nuestras similitudes físicas que compartimos. Conrad Steinfield tiene el porte y contextura de los hombres de la familia; altos y fornidos, unos potentes ojos azul verdoso; con un brillo malicioso y cautivante, iguales a los de papá, Zada, Cassie y yo, también tenía el cabello castaño, casi rubio, idéntico al de Zach y Bastian. Por otro lado, está Eleonor Argent que tiene la misma contextura física de las mujeres de la familia; delgadas y esbeltas, con unos desafiantes ojos hazel iguales a los de Bastian y Zach, y el cabello rubio brillante como papá, Cassie y Zada. No negaré que tienen un atractivo increíble que te hace dudar de su edad, está claro que esta familia tiene un encanto hipnotizante que hace que las personas se interesante en nosotros, y va pasando en generación.

Ahora entiendo de lo que hablaba Leah sobre tener una genética privilegiada, tal vez ahora se debatiría también si quiere ser mi abuela política.

—Era necesario, querida nieta— contestó Eleonor—. Todo lo que hemos hecho, es en función y beneficio de nuestra familia, siempre ha sido así.

Bash rio con ganas. —No me hagas reír, madre. Ustedes dos solo piensan en su propio beneficio, ha sido así desde que los Dioses nos otorgaron los dones.

Lazos Oscuros [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora