Nota 7. Con los pies alejados del suelo

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Soledad

Al paso del tiempo te fijas que no hay nadie en este mundo que pueda salvarte, no hay persona ni cosa alguna que pueda curar tu dolor, no hay nadie que pueda sanarte.

Y caes en cuenta que solo estás tú, que solo te tienes a ti y que en medio de tus inseguridades, miedos y tormentos...estás tú.

No todo es dolor y amargura en este mundo, ¡claro!.

Existen también esos momentos que te llenan y que necesitas tener de vez en cuando,
para lograr equilibrio,
ya que para estar con mucha gente a tu alrededor, hay que aprender primero a estar sin nadie,
porque ese es el ciclo al cual todos estamos obligados a participar.

Al final la música cesa, las luces se apagan, todos se van y mientras el silencio se apodera de todo, tú te quedas allí sola,
una vez más, en medio de esa habitación con un solo espejo, es un escenario triste pero muy real al final tú eres la que se queda, tú eres tu propia compañía y así será por el resto de tu vida.

Estar en completa soledad es hermoso en realidad, no hay razón para temer.
Es cuestión de encontrar la dulzura de ese hermoso momento en el que tenemos la oportunidad de ordenar todas las cosas que están revueltas en nuestras cabezas y dar un suspiro que nos llene de tranquilidad, para poder seguir adelante menos agobiados.

Tomar una taza de café, disfrutar de un helado, caminar por las calles de la gran ciudad e ir ejecutando una batería imaginaria mientras escuchas a tu banda favorita.
Caminando por un bosque lleno de hermosos árboles, mientras oyes la hermosa melodía que bailan al compás del viento
o mientras encerrada en tu habitación con música por lo alto bailas, aún sin tener la menor idea de que eres dueña de dos pies izquierdos.

Esos son los momentos perfectos junto a lo único que tienes, tú.

Cuando estemos realmente solos encontraremos la razón del porque es tan importante estarlo, ya que alejándonos de todo podemos reconectar con el amigo perdido: nosotros mismos.

No lo demos todo siempre, de vez en cuando conservemos algo para nosotros.

Si no soportas tu propia compañía entonces...la de quién soportarás?.

AZUCENA Y SUS NOTAS (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora