Comenzabas a despertarte, te removiste un poco en la cama. No sabías ni qué hora era y no te importaba, solo sabías que hoy era tú día libre por el trato que hiciste con Conway.
Te estiraste con los ojos cerrados y te sentaste en la cama. Por fin abriste los ojos, al hacerlo entraste en pánico. Éste definitivamente no era tu departamento.
¿Dónde estoy?
¿Cómo llegué aquí?
-Yo estaba en la comisaría rellenando un informe sobre el atraco, cuando Greco me ofreció café y luego...-
Todo era negro. No podías recordar lo que había sucedido después.
¿Y Greco?
No le habrá pasado algo ¿O sí?
¿Qué pasa si estoy secuestrada?
¿Y si lo hirieron mientras me defendía pero no lo logró?
No no no no
Te levantaste de un salto.
-Estoy vestida y al parecer todo está en su lugar- Te palpaste de arriba abajo intentando encontrar signos de forcejeo o algún dolor. No faltaba nada a parte de tus botas, que estaban a un lado de la cama.
No sentías nada fuera de lo normal.
Suspiraste aliviada, pero no del todo ya que no sabías que pasó con Greco.
Bajaste corriendo las escaleras y te encontraste con un mono ambiente: cocina a la derecha con una barra, sala de estar y un ventanal en el medio, más a la izquierda un pasillo que parecía conducir a la salida y al otro extremo un pasillo más con una puerta a un lado.
A ver inútil, piensa.
Primero corriste hasta el pasillo de tu izquierda e intentaste abrir la puerta, sin éxito.
Cerrada.
Esto no me puede estar pasando.
Retrocediste de espaldas y al mismo tiempo escuchaste un chasquido del otro extremo del lugar. Algo se acercaba.
Ésta mierda no luce nada bien.
Decidiste no voltear. Lo que sea o quién sea que te había traído hasta ahí se iba a comer una paliza y después verías como lograbas escapar.
Respiraste hondo y esperaste en silencio, mientras los pasos se acercaban.
-¿Quieres desayunar?-
Ni siquiera escuchaste lo que dijo el extraño porque volteaste demasiado rápido decidida a golpearlo con el codo.
Enorme fue tu sorpresa cuando el desconocido amortiguó el golpe con su enorme mano, sin esfuerzo alguno.
Maldición.
Estoy muerta.
Miraste a tu captor.
De repente se te cayó el alma al suelo cuando viste que tu "captor" era nada más ni nada menos, que el enorme Greco. Y vaya que era enorme porque para colmo solo vestía unos shorts deportivos.
Te sentiste minúscula en comparación al hombre.
-¿Qué cojones te sucede? ¿Así se dan los buenos días en ésta puta ciudad o qué mierda?- Habló molesto el comisario.
Te quedaste muda.
Te soltaste rápido de su agarre.
-¡Co-Comisario! Yo, estoy tan apenada. Es que pensé que, yo éste...- No supiste como terminar la frase.
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🌘 𝓪𝓬𝓻𝓸𝓷𝓲𝓬 🌘
RomanceAcrónico: [astro] Que nace al ponerse el sol y se pone cuando éste sale. Son bastante opuestos, pero llegan a ser uno solo cuando están juntos.