🌘 𝓪𝓬𝓻𝓸𝓷𝓲𝓬 🌘

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Tú turno estaba a punto de terminar y lo único que te estaba manteniendo despierta eran los extraños bailes de Torrente e Ivanov. Aunque, Volkov también hizo su aporte cuando te acompañó a comprar papas fritas y los dos corrieron como Naruto.

Ocasionalmente, también atendías las absurdas denuncias de los ciudadanos y compartías alguna cara graciosa con Greco cuando pasaba a tu lado por "causalidad".

En resumen fue una jornada tranquila, incluso Conway no estuvo tan insoportable como de costumbre. 

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Estabas guardando tu uniforme en un casillero cuando Greco entró de repente.

-¿Ya te vas?- Preguntó.

-Ajam- Dijiste sin mirarlo.

-Me ofrezco a escoltarla hasta su domicilio, señorita. Las calles de los Santos están muy peligrosas últimamente- Se acercó hasta donde estabas y apoyó un brazo sobre el casillero de al lado.

Lo miraste burlona.

-Su oferta suena muy tentadora, caballero, pero me temo que ya tengo chofer-

-Joder que ya se me adelantaron- Le dio un golpe suave a un casillero, fingiendo enojo.

Reíste ante su exagerada actuación.

-¿Quién fue el cabrón?- Te miró riendo.

Abriste la boca para responderle, pero no pudiste articular palabra al ver a cierto comisario entrar por la puerta con un aura ciertamente oscura.

-Aquí está el cabrón y si nos disculpa...- Se colocó a tu lado, rodeándote con el brazo.

-Ivanov, si Greco te disculpa, desde ya te aviso que yo no- Espetaste molesta, quitando su brazo de alrededor de tus hombros.

Alexander solo te miró ofendido.

Greco no aguantaba la risa.

-Deja de comportarte como un imbécil o me voy sola- Le dedicaste una mirada asesina.

-Hasta mañana Greco y no dejes que éste simio te pase por encima otra vez-

Saliste de ahí lo más rápido que tus pies te permitieron.

-Creo que dejó las cosas bastante claras ¿No le parece?-

Habló el de la barba.

-Lo único claro, es que no me gusta que le andes atrás. Y no creas que porque me mande a la mierda siempre a mí, quiere decir que tienes alguna oportunidad-

Contestó indignado.

-Jamás le insinué nada, ella es la única que puede decidir si yo tengo oportunidad o no. Y tú vas ahí de ligón, siempre poniéndola incómoda, menudo gilipollas- Se burló.

Ivanov levantó la mano, listo para lanzar el primer golpe pero se retractó y en cambio tomó a Greco por la camisa de forma violenta, dejando apenas unos centímetros de distancia entre uno y otro.

-Escúchame hijo de la gran puta, me importa muy poco si haces de perrito faldero, pero desde ya te advierto que no la vas a alejar de mí. Da igual si vienes del ejército o de Marte, porque como dijiste, ya decidirá ella a cual se va a follar, pero prepárate porque no te la voy a poner fácil-

Lo soltó con rabia y salió del lugar.

Greco se arregló el cuello de la camisa y resopló harto.