028 | Melancolía

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Natasha regresó a la casa de Steve Rogers, el rubio le había llamado para que fuera, y esperaba que fuera importante, porque había tenido que dejar a su hermano para lo que sea que el chico quería.

— El joven Rogers salió un momento — le dijo el mayordomo cuando entró a la casa.

Natasha rodó los ojos con fastidio, ahora aquel niño lo hacía esperar.

— ¿Desea esperarlo en la sala? — ofreció el hombre.

— Si no tengo otra opción... — masculló.

Caminó por sí misma hasta la sala de estar, con intención de sentarse en el que se había convertido en su sillón favorito, individual pero amplio, y con una agradable vista al patio trasero.

Pero alzó las cejas cuando notó una cabellera castaña sobre el respaldo.

Alzó las cejas, ofendida, rodeó el sillón para ver el rostro de un chico joven castaño y de rasgos muy atractivos, que alzó su mirada de ojos cafés de su celular hacia el rostro de Natasha.

El castaño hizo una mueca con los labios al sentir el olor de aquella pelirroja.

— ¿Pasa algo? — preguntó el castaño, en tono normal, casi desafiante.

Natasha chasqueo su lengua, más que ofendida.

— ¿Cómo te llamas, niño?

— Soy Tony Stark — respondió con desinterés — ¿Debería conocerte?

— En realidad no — dijo— pero ya que estamos — se llevó una mano al pecho — Natasha Romanoff.

— Oh, sí, la que dio el discurso motivador con Steve hace unos días.

— La misma.

Tony asintió una vez, y volvió a mirar su celular.

Natasha permaneció de pie unos segundos, al notar que el otro no tenía intención de levantarse, suspiró, sentándose en el sillón más amplio, acomodando los pies sobre el mismo.

Entre el rubio que lo había llamado para luego irse, y aquel castaño en su lugar favorito, ya habían logrado ponerla de mal humor.

Pasaron más de diez minutos hasta que Steve llegó, pero apenas un minuto antes de que el auto entrara a la propiedad, el chico castaño se levantó y salió de la sala, ganándose una mirada extraña por parte de Natasha.

Cuando el rubio apareció en el umbral notó el humor de la pelirroja al haberla hecho esperar, y tragó duro.

— ¿Qué querías?

Steve se apresuró a sentarse cerca de ella, recordándole lo que le había dicho de comentar el estado del omega y el de su hermano, con lo que Natasha pareció relajarse un poco.

Ambos coincidían con la fiebre, el cuerpo frío, dolor muscular, y un estado somnoliento, letárgico, constante.

Y el fuerte olor a tristeza, que hacía sentir bastante mal a los demás.

Aunque parecía que Pietro estaba más afectado, porque no tenía apetito, y pasaba todo el día en cama, caminando poco y con dificultad, a diferencia de Clint, que parecía más activo.

Natasha hizo una mueca al escuchar que el omega estaba tan mal, y por un momento se sintió agradecido por el estado de Clint.

Steve le comentó que un médico estaba revisando al omega, con lo que Natasha finalizó con que había dejado a Clint a cargo de unos raritos.

Antes de seguir hablando, el mayordomo de Steve le aviso que el doctor debía hablar con él acerca de Pietro Maximoff.

Y de nuevo, Natasha fue dejada sólo en la sala, aunque al cabo de un minuto, el chico castaño volvió a aparecer, sentándose de nuevo donde estaba antes, mirando su celular al caminar.

DELTA - HawksilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora