018 | Collar

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Clint comprendió cuando Pietro había dicho que conforme pasaban los días tendría más ganas de consolarse, porque durante el resto de la mañana, el mediodía y la temprana tarde no lo había dejado separarse de él ni para bañarse, aunque él tampoco puso mucha resistencia. Aunque el baño quedó en segundo lugar, ya que también terminaron haciéndolo bajo la ducha, jugando con la espuma del shampoo, con risas y besos, hasta terminar con el cuerpo de Pietro acurrucado contra el pecho del Clint, con este acariciando su espalda en círculos y apoyando el rostro sobre la cabellera del omega, inhalando su aroma.

— ¿Sabes que conocí a tu hermana? — soltó Pietro de la nada, haciendo que Clint tardara unos segundos es responder con un simple "¿Qué?" — Natasha Romanoff — añadió.

Clint asintió, por supuesto que sabía el nombre de su hermano.

— Me habló mucho de ti — continuó el omega — Se ve que te extrañan bastante, te siguen esperando.

Clint tardó un segundo en suspirar.

— Que digas esas cosas no me hace sentir mejor o algo, ya lo sé, prefiero no hablar de-

— Me dijo que si tú hubieras estado en casa aún, me hubieran presentado contigo en vez de ella.

Las palabras lo hicieron callar.

Pietro movió un poco el rostro para mirar hacia arriba, chocando su ojos con los de Clint.

— Si no me hubieran marcado... Y yo no hubiera huido — habló el mayor con lentitud — Yo sería uno de tus pretendientes — sonrió.

Pietro asintió.

— Incluso si nada hubiera pasado nos hubiéramos conocido — respondió el omega— Destino.

Clint alzó el rostro de Pietro para besarle.


Al salir del baño, cuando ya comenzaron a tener frío, Clint tomó una toalla a Pietro y otro para él, aunque no había terminado de secarse la mitad del cuerpo cuando el omega pasó la toalla sobre él, enganchando su cuello para a traerlo hacia sí mismo, sonrió a a centímetros de su rostro antes de besarle.

A Clint simplemente le encantaba.

Pensó apenas unos días atrás, donde se había avergonzado cuando despertó abrazando a Pietro en la primera noche. Y ahora estaban pegados piel con piel sin ninguna vergüenza de su desnudez, habían aprendido que la ropa sólo les era un estorbo.

Las manos de Clint bajaron sin querer hacia el collar de Pietro, tocando la textura de la tela que lo forraba.

Sus dedos fueron hacia la curva entre su hombro y cuello, y maldijo al collar con todo su corazón.

Pietro pareció sentir qué pasaba, porque se separó del beso para mirarlo como si pidiera perdón, su mirada se tornó melancólica repentinamente.

El omega llevó sus manos al collar, apretándolo con fuerza, enganchando sus dedos debajo de este, como si al tirar lo suficiente podría romperlo, sus nudillos se volvieron blancos y las mejillas se tornaron rojas por la fuerza.

— Pietro, no, no... — Clint tomó las manitos, tirando de ellas para que soltara su collar, usando un poco más de fuerza de la que quería para que el otro se rindiera.

Vio las lágrimas de frustración en los ojos de Pietro, y cómo se mordía el labio con fuerza para intentar contenerse.

— Piet-

— Lamento que tenga que ser así, Clint — dijo, intentando hacer dura su voz — No sé la contraseña... De saberla me lo hubiera quitado el primer día, pero- — un hipido de llanto interrumpió sus palabras — Quiero quedarme contigo, Clint — las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.

DELTA - HawksilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora