035 | Real

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Dedicado a: bleysoft

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Para cuando la pareja despertó, era mediodía, y el olor a comida llegaba hasta la cama que compartían.

La abuela había cocinado suficiente para un ejército, aunque sólo serían tres los que deberían terminar toda la comida.

Natasha no llegó sino hasta que ya habían casi terminado el primer plato, cargando una bolsa de plástico, dio un suspiro cansado, dejando su abrigo sobre el sillón antes de acercarse a la mesa.

— ¿Dónde estabas? — preguntó Clint, cuando la pelirroja se acercó hacia la cocina-comedor, para ver las ollas de comida.

— Tu amigo me debía un celular— respondió, sonrió cuando la abuela le pasó un plato con generosa cantidad de arroz y pollo frito, acompañado con shawarma.

Clint rodó los ojos cuando entendió que su "amigo" era Steve.

— Pero me tardé más en buscar uno para ti— dijo Natasha, comenzando a comer.

— ¿Me compraste un celular?

La pelirroja asintió, saboreando la comida con gusto.

— Pero no se pueden tener los celulares en la mesa, come y después te lo muestro— su hermana sonrió con burla.

Clint frunció el ceño.

— No me des órdenes como si fueras la mayor.

— No empiecen sus peleas de hermanos por los años que no se vieron ahora — interrumpió Pietro

— Hazle caso a tu señora — dijo la pelirroja con una risita, ganándose una mirada fulminante por parte de Clint y Pietro.

— El que come en silencio come dos veces — dijo la abuela, los demás entendieron la indirecta y se callaron, terminando su comida.

Se irían ese mismo día a Waverly, y por más que ofrecieron repetidas veces a la señora de ir con ellos, ella se negó.

Se despidió con el mismo cariño con que los había recibido, y agitó su mano en el aire hasta que el auto no pudo verse más entre los árboles.

Diferente a la noche anterior, la entrada al terreno de los Maximoff estaba cubierta de reporteros, paparazzi y gente curiosa, obligando a Natasha a bajar la velocidad para pasar entre ellos, aguantando las ganas de pisar el acelerador con cada golpe que recibían sus vidrios polarizados.

Con la pareja sentada en los asientos traseros, Pietro permaneció con una mueca molesta en el rostro, y Clint sintió lo que casi parecía odio a la muchedumbre.

El viaje hacia Waverly fue tan tranquilo que la pareja terminó durmiéndose, con Pietro apoyando su cabeza sobre el hombro de Clint, y este acomodando la propia sobre la de su omega.

Natasha los miró con una sonrisa tierna todo el camino, y al llegar a su destino, no pudo evitar tomar una foto antes de despertarlos.

Al ver el auto frente a la casa, varias personas lo reconocieron, aunque no todas sabían lo que significaba.

— Clint, ya estamos en casa — murmuró, moviendo su brazo hasta que el rubio despertó, al mismo tiempo que Pietro.

Clint miró por la ventana al exterior, una sonrisa cansada se plantó en sus labios, destrabando la puerta.

Escuchó aplausos, quiso reír y llorar al mismo tiempo.

Su padre se acercó a él, con pasó apresurado, abrazándolo con fuerza.

DELTA - HawksilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora