Las personas tenemos un repertorio de pensamientos negativos que vienen a nuestra mente con más facilidad cuando estamos tristes. Las personas con tendencia a la depresión acostumbran a establecer fuertes lazos asociativos entre los pensamientos negativos, de tal manera, que en el momento que evocan un determinado estado de ánimo negativo, es más difícil suprimirlo. Las personas con un estado de ánimo negativo tienden, irónicamente, a distraerse yendo a otros pensamientos depresivos, con lo que consiguen profundizar más en este estado.
El llanto puede constituir un método natural para reducir los niveles de neurotransmisores cerebrales que alimentan la angustia. Pero, aunque el llanto puede aligerar la tristeza, también puede obsesionar a la persona con la causa de su aflicción.
La distracción, puede romper la cadena de pensamientos de pesadumbre que mantienen la depresión. Las distracciones más eficaces son aquellas que pueden cambiar el estado de ánimo como, por ejemplo, un apasionante hecho deportivo, una película divertida o un libro interesante, desgraciadamente, algunas distracciones pueden contribuir a perpetuar la depresión, por ejemplo, telespectadores crónicos, que después de una sesión de TV, se encuentran más deprimidos que antes.El aeróbic, la gimnasia, son técnicas muy eficaces tanto en la depresión leve como en otros estados de ánimo negativos. Los beneficios derivados de estos elevadores de los estados de ánimo resultan más evidentes en personas que no acostumbran a realizar ejercicio. Las personas que habitualmente hacen deporte, constatan que el día que rompen su rutina tienen un estado de ánimo más negativo. La eficacia del ejercicio físico parece ser que radica en su poder para cambiar la condición fisiológica provocada por el estado de ánimo: la depresión es un estado de baja activación mientras que el ejercicio físico eleva el tono corporal. Las técnicas de relajación, que reducen el nivel general de activación física, están muy indicadas para tratar estados de ansiedad, pero resultan poco apropiadas para el tratamiento de la depresión.
Tratar de darse ánimos a uno mismo mediante regalos y placeres sensoriales constituye otro antídoto habitual para combatir la tristeza, un baño caliente, gozar de un plato preferido, hacer el amor, etc. Pero, recurrir al alcohol, las drogas, la sobrealimentación, las compras compulsivas, son estrategias contraindicadas ya que acostumbran a provocar posteriormente sentimientos de culpabilidad.
Una aproximación más constructiva para elevar el estado de ánimo consiste en proyectar una actividad que pueda proporcionar un pequeño triunfo o un éxito fácil como, por ejemplo, empezar una tarea doméstica que se haya pospuesto, terminar alguna actividad pendiente que se haya estado evitando, un cambio de imagen en la manera de arreglarnos o vestirnos.
Uno de los antídotos más eficaces contra la depresión es la llamada reestructuración cognitiva, es decir, tratar de ver las cosas desde una óptica diferente. Es natural lamentarse por una relación ha terminado, o sumergirse en pensamientos de auto compasión como por ejemplo, "esto significa que siempre estaré solo", pensamientos que solamente ayudan a fortalecer la desesperación. El hecho de repensar y reconsiderar los aspectos negativos de la relación o ver que la relación de pareja no era la apropiada, es decir, reconsiderar la pérdida desde una perspectiva diferente, bajo una luz más positiva, puede servir de antídoto a la tristeza.
Otro elevador del estado de ánimo consiste en ayudar a otras personas que lo necesitan. Como la depresión se alimenta de obsesiones y preocupaciones que giran alrededor de uno mismo, el hecho de ayudar a personas que se encuentran mal pude contribuir a dejar de preocuparse por uno mismo.Hay personas que pueden encontrar cierto alivio a su estado de ánimo negativo orientándose hacia un poder trascendente si tienen una cierta orientación religiosa.
La esperanza entendida como "la creencia de que uno tiene la voluntad y dispone de la forma de llevar a término sus objetivos, sean los que sean", es decir, algo más que la ingenua visión de que todo irá bien, realiza un papel importante en dominios tan diversos como el rendimiento académico o el hecho de hacer soportable un trabajo pesado. Desde el punto de vista de la inteligencia emocional la esperanza significa que uno no puede rendirse a la ansiedad, el derrotismo o la depresión cuando se encuentra con dificultades y contratiempos.La preocupación es otro factor que condiciona los estados de ánimo. Hay personas que se preocupan para amargarse la vida con el fin de castigar sus sentimientos de culpabilidad, no pueden permitirse ser moderadamente felices. Hay personas que se preocupan por negligencia, están tan profundamente preocupadas por su problema que no tienen el ánimo suficiente para ayudarse a solucionarlo.
Si analizamos etimológicamente la palabra preocupación tiene un sentido más útil e inteligente. Preocuparse, con el prefijo "pre" y el verbo "ocuparse", nos está hablando de pensar antes de actuar, de elaborar soluciones antes de llevarlas a la práctica.No es la realidad la que marca la mayor o menor importancia de un hecho: son nuestros pensamientos.
La sugestión es una herramienta muy útil para las personas que tienden a tener estados de ánimo negativos. La sugestión influye en el inconsciente i hace que una idea se convierta en realidad sin darnos cuenta. Todo aquello que le confiamos al inconsciente, sea positivo o negativo, éste lo realiza. Esto demuestra la importancia de lo que técnicamente se denomina "orientación mental" positiva o negativa. Por suerte o por desgracia, en gran medida cada uno es responsable de su propio destino. La educación de los hijos y la propia reeducación está totalmente basada en la sugestión. Recordemos frases que hemos podido oír cuando éramos pequeños:
• Siempre serás un fracasado
• La vida solamente trae preocupaciones
• Eres una histérica como tu madre
• Eres un machista como tu padre
La sugestión positiva ha de ser una frase que exprese de manera concisa aquello que queremos conseguir. La repetición es una buena regla de actuación. El mejor momento del día para hacernos sugestiones es cuando acabamos de despertarnos o momentos antes de acostarnos. Es preciso añadir a la sugestión verbal una imagen visual con el fin de reforzar el pensamiento.ACTIVIDADES
1. Explicar las estrategias que utilizas como elevadores del ánimo
2. ¿Qué frases de tipo sugestivo te ha transmitido tu familia, tanto positivas como negativas?
3. ¿Qué comentarios hacían en tu casa ante los estados de ánimos de sus miembros?
4. ¿Qué cosas preocupaban a tus padres?. ¿Cómo lo trataban? ¿ Cómo afrontaban los problemas?
5. ¿Qué pensamientos acostumbras a asociar a tus preocupaciones?
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Cómo Desarrollar la Inteligencia Emocional
SpiritualAutora: Hermínia Gomà Quintillà Psicóloga y Coach Directora Institut Gomà Directora Màster en Coaching y Liderazgo Personal He decido subir este libro para las personas que quieren hacer algo productivo en cuarentena y aprender a conocerce m...