A lo largo de nuestra vida tenemos subidas y bajadas, pero hemos de aprender a mantener el equilibrio. La sensación de bienestar nos la da la proporción adecuada entre las emociones negativas y las positivas. No se trata de que con tal de ser felices se hayan de evitar los sentimientos agobiantes, se trata de que no nos pasen desapercibidos y acaben desplazando a los estados de ánimos positivos.
Llegar a tener un control sobre nuestras emociones es una tarea muy compleja y requiere una dedicación completa y es por ello que las personas, por lo general, solamente pueden controlar sus estados de ánimo en su tiempo libre.La mayoría de cosas que hacemos, ver una película, leer un libro, las actividades y amistades que escogemos, no son otra cosa, que intentos para sentirnos mejor. El arte de calmarse uno mismo es una habilidad vital y fundamental.
Tenemos poco o ningún control respeto al momento en que nos veremos arrastrados por una emoción y tampoco disponemos de demasiado margen de maniobra sobre el tipo de emoción que nos afectara. Lo que sí está en nuestras manos es el tiempo que tendremos una determinada emoción.El problema no esta tanto en la diversidad emocional que refleja, por ejemplo, la tristeza, la preocupación, el enojo, como el hecho de que su desmesura y poca adecuación comporta: ansiedad, depresión, estrés.
Toda preocupación se apoya en el estado de alarma frente a un peligro potencial. Cuando el miedo activa nuestro cerebro emocional, una parte de la ansiedad centra la atención en la amenaza, obligando a la mente a buscar obsesivamente una salida y a ignorar todo lo demás.La preocupación, en cierta medida, es una especie de ensayo en el que consideramos las diferentes alternativas de respuestas posibles. La función de la preocupación consiste, por tanto, en una anticipación de los peligros que pueda presentarnos la vida y en la búsqueda de soluciones positivas para hacerle frente.
La ansiedad tiene una manifestación cognitiva, los pensamientos preocupantes, y otra somática, evidenciada por síntomas fisiológicos.Una de las estrategias para romper el círculo vicioso de la preocupación es cambiar el foco de atención. Pero para algunas personas el círculo de la preocupación les proporciona una recompensa parcial que refuerza el hábito. Para decirlo de otra forma, la preocupación es un estilo para afrontar las amenazas potenciales y los peligros que pueden cruzarse en su camino. En lugar de buscar una posible solución a los problemas potenciales, estas personas se limitan a dar vueltas y más vueltas alrededor del peligro, ahondando de esta manera el pensamiento que les da miedo. La preocupación tiene una función similar a la de la superstición.
Algunas personas acostumbran a preocuparse por cosas que tienen muy pocas probabilidades de pasar.A fin de controlar este hábito, los pasos a tener en cuenta serían:
1. El primer paso consiste en tomar conciencia de uno mismo y registra el primer acceso de preocupación tan pronto como sea posible. Darse cuenta de los signos de ansiedad. Identificar las situaciones, las imágenes y los pensamientos que desarrollan el círculo de preocupación. Aplicar alguna técnica de relajación.
2. El siguiente paso consiste en adoptar una postura crítica frente a las creencias que sustentan la preocupación. ¿Realmente es posible que pase el suceso que da miedo? ¿Es absolutamente necesario y no existe otra alternativa que aceptarlo? ¿Hay alguna cosa positiva que pueda hacerse al respecto? ¿Realmente nos esta sirviendo el hecho de dar vueltas y vueltas a los mismos pensamientos?La tristeza y la melancolía comunes pueden llegar a convertirse en una "depresión subclínica". Las personas con suficientes recursos internos pueden arreglar por si mismas estos estados pero, lamentablemente, algunas estrategias frecuentemente utilizadas pueden ser perjudiciales y pueden empeorar la situación: aislarse, que en primera instancia puede parecer atractivo, pero a la vez contribuye a aumentar la sensación de soledad y desamparo.
Uno de los principales determinantes de la duración y de la intensidad de un estado depresivo es el grado de obsesión de la persona. Preocuparse por aquello que nos deprime solo contribuye a que la depresión se agudice y se alargue aún más.
En la depresión, la preocupación puede adoptar diferentes formas, aunque todas ellas focalicen algún aspecto de la misma depresión como, el agotamiento, la escasa motivación, la falta de energía o el poco rendimiento. Generalmente, ninguno de estos pensamientos va acompañado de una acción decidida a subsanar el problema.Para hacer frente a esta situación podemos aplicar dos estrategias:
Estrategia A
•Aprender a afrontar los pensamientos que se esconden en el mismo núcleo de la obsesión.
•Cuestionar su validez.
•Considerar alternativas más positivas.
Estrategia B
• Establecer deliberadamente un programa de actividades agradables que den algún tipo de satisfacción.
Estrategia C
• Pedir ayuda a las personas que queremos o pedir ayuda a los profesionales.ACTIVIDADES
1. ¿Cómo reconoces tus estados de angustia, ansiedad, depresión, preocupación?
2. ¿Quérelaciónpuedesencontrarconlasexperienciasanteriores?
3. ¿ Cómo tratamos o tratábamos la angustia, la depresión, las preocupaciones en tu familia?
4. ¿Cuáles son los hábitos, elementos, aspectos de la vida capaces de generar preocupación?
5. ¿Qué recursos personales utilizas para afrontar las preocupaciones, la ansiedad o la depresión?
6. ¿Crees qué has modificado, con la experiencia, las estrategias para hacer frente a la angustia, las preocupaciones y la depresión?
7. De que manera relacionarías las emociones con tus preocupaciones, ansiedades y depresiones.
8. ¿Cómo te sientes cuando has superado alguna situación que para ti era conflictiva emocionalmente?
9. ¿Cuál es la emoción que te comporta más dificultades, más preocupaciones?
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Cómo Desarrollar la Inteligencia Emocional
SpiritualAutora: Hermínia Gomà Quintillà Psicóloga y Coach Directora Institut Gomà Directora Màster en Coaching y Liderazgo Personal He decido subir este libro para las personas que quieren hacer algo productivo en cuarentena y aprender a conocerce m...