El optimismo, igual que la esperanza, significa tener una fuerte expectativa de qué, en general las cosas irán bien, incluso, cuando aparezcan los contratiempos y las frustraciones.
Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, el optimismo es una actitud que impide caer en la apatía, la desesperación o la depresión frente las adversidades. El optimismo, siempre que se trate de un optimismo realista, tiene sus beneficios.
Soligman define el optimismo en función de la forma en que la gente se explica a sí misma sus éxitos y sus fracasos. Los optimistas consideran que los fracasos se deben a algo que puede cambiarse y, así, en la siguiente ocasión parecida podrán llegar al éxito.
Los pesimistas, contrariamente, creen que la culpa de sus fracasos es suya, y la atribuyen a alguna característica estable que se ven incapaces de modificar.
Estas explicaciones tan diferentes tienen consecuencias muy profundas en la manera de afrontar la vida.
Uno de los orígenes de una visión positiva o negativa puede ser el temperamento innato, ya que hay personas que tienden naturalmente hacia una o otra visión. Pero, el temperamento puede verse modulado por la experiencia. El optimismo puede aprenderse.
Bajo el optimismo existe lo que los psicólogos denominan autoeficacia, es decir, la creencia de que uno mismo tiene el control de los acontecimientos de su vida y puede hacer frente a los problemas a medida que se le van presentando.
Desarrollar algún tipo de habilidad fortalece la sensación de eficacia y predispone a asumir los riesgos y problemas más difíciles. Y, el hecho de superar estas dificultades aumenta la sensación de autoeficacia, una actitud que lleva a hacer un mejor uso de cualquier habilidad y que también contribuye a desarrollarla.
Albert Bandura, dice que las creencias de las personas sobre sus propias habilidades tienen un profundo efecto sobre éstas. La habilidad no es un atributo fijo, sino que, en este sentido, existe una extraordinaria variedad.
Las personas que se sienten eficaces se recuperan rápidamente de los fracasos y no se preocupan tanto por el hecho de que las cosas puedan salir mal o no, sino que se aproximan a ellas buscando la manera de manejarlas para sacarle un aprendizaje o un provecho.La motivación es aquel factor o grupo de factores que mueven a la persona hacia la acción.
La motivación responde al interrogante sobre ¿por qué una persona hace o se comporta de una forma determinada?
Las personas, cuando manifiestan una conducta, lo hacen motivadas por alguna cosa. Cuando una persona realiza una actividad, lo hace porqué a través de ella espera satisfacer alguna necesidad. Esto quiere decir, que cuando una persona está satisfecha se encuentra motivada para realizar una acción determinada.
Las necesidades básicas son las siguientes:Necesidades fisiológicas
Cuando una persona ha de satisfacer cualquier necesidad fisiológica, o sensaciones corporales o viscerales, la tendencia hedonista la hará buscar su satisfacción lo más rápido posible. Si por ejemplo estar sufriendo dolor, su comportamiento tendrá la finalidad de encontrar la manera de aligerarlo.
Necesidades de protección
Son aquellas necesidades que se concretan en aquello que hace perdurar la subsistencia actual. Van dirigidas a conservar la cobertura de las necesidades fisiológicas. La persona ha conseguido lo que quería pero tendrá miedo de perder lo que ha conseguido y tendrá dudas de continuarlo manteniendo. Hará todo lo necesario para no perderlo.Necesidades sociales
Estas necesidades aparecen cuando las dos anteriores están cubiertas, o cubiertas relativamente. La persona empieza a tener la necesidad de relacionarse, de ser aceptada, de tener cubierta la necesidad de pertenecer a un grupo o colectivo.
Necesidades egóticas
Están dirigidas a un establecimiento firme, estable y alto del concepto de uno mismo, dentro de cualquier grupo de pertenencia. No hay suficiente con formar parte de un grupo, lo que importa es destacar dentro del grupo. En el ámbito social, la persona desea ser aceptada solamente por sí misma, como persona. Ser considerado competente y capaz por los miembros del grupo, satisfacer las necesidades egóticas.
Necesidades de autorrealización
Van dirigidas a desarrollar todas las potencialidades. Cuando una persona llega a esta necesidad posee una visión más clara y objetiva, sin contaminaciones, respeta a los que le rodean y a sí misma. La persona sabe aceptarse y sabe aceptar su realidad. La persona con estas necesidades tenderá a ser más creativa, más humana, a vincularse más, tendrá un grado más grande de libertad y se arriesgará a romper barreras que le impidan desarrollarse mejor, ajustándose a sus posibilidades.
Uno de los componentes esenciales de la inteligencia emocional es la capacidad de motivarse un mismo. El control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para despertar y mantener la atención, la motivación y la creatividad.
El autocontrol emocional, la capacidad de diferir la gratificación y sofocar la impulsividad, constituye un imponderable subyacente a cualquier logro.
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Cómo Desarrollar la Inteligencia Emocional
SpiritualAutora: Hermínia Gomà Quintillà Psicóloga y Coach Directora Institut Gomà Directora Màster en Coaching y Liderazgo Personal He decido subir este libro para las personas que quieren hacer algo productivo en cuarentena y aprender a conocerce m...