Capítulo ocho

755 48 20
                                    

Cuando el líder español despertó, su cabeza ya no le dolía tanto como cuando empezaron a subir, se encontraba encima de una cama de algodón, era tan suave que creyó estaba encima de una nube

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando el líder español despertó, su cabeza ya no le dolía tanto como cuando empezaron a subir, se encontraba encima de una cama de algodón, era tan suave que creyó estaba encima de una nube.

Se sentó en la superficie, colocándose sus botas, buscando con la mirada a la persona que lo estaba acompañando, no lo encontró, por lo que decidió buscarlo, alguien tuvo que haberlo traído, ¿No?

Levantándose de la cama, se encaminó a conocer su nueva vivienda temporal, y de paso buscar al imperio colorido, quería agradecerle por tomarse la molestia de cargarlo hasta allí.

— ¿Que-? — observó un bulto moviéndose bajo los mantos que se encontraban en el suelo de madera, se agachó para quitar curiosamente lo que tapaba a éste ser.

Se sorprendió al ver un pequeño ser de ojos negros y grandes, además de bandera colorida, igual que el Inca, el cuál al verlo comenzó a reír como agradeciéndole que lo liberara.

El hispano cayó sentado en el suelo, asustado, ¿Que hacía un bebé en plena sierra? Por un momento pensó que se había convertido en ese niño, después de todo no conocía muy bien lo que podía hacer. Retrocedió cuando la criatura comenzó a gatear hacia él, en busca de que lo cargara.

Se levantó mirando como el pequeño se detenía de gatear. Pero luego insistía en seguirlo, así un par de minutos de persecución, hasta que el cansado Imperio Español trataba de recuperar el escaso oxígeno perdido.

Luego se dió cuenta de que era muy estúpido huir de un infante, así que sin pensarlo agarró por debajo de los brazos al pequeño, llevándolo hasta dónde había encontrado la puerta abriendola y dejando allí afuera al infante.

Obviamente después de un par de segundos la volvió a abrir, pero no porque tuviera pena de que ese niño se muriera de frío, sino porque afuera estaba el imperio.

Salió, haciendo que el bebé por jugar se aferrara a su calzado, mientras él miraba en shock como el imperio americano estaba parado en la punta del acantilado, elevando su brazo al cielo como queriendo tocar el sol con sus dedos.

El hispano dió un respingo, un enorme ave de largas alas había salido de entre lo espeso de las nubes, volando hacia el Inca, creando una brisa que hizo que la vestimenta del imperio y sus joyas se balancearan, el animal se apoyó en su antebrazo, el mismo colorido sonrió por esto, acariciando al cóndor mientras le hablaba algo inaudible para el español, y aunque lo escuchara no entendería el idioma.

— ¡Oye! — Se dispuso a sacar su espada para defender lo que imaginaba era un ataque, pero el de joyería al detectar ruido volteó a verlo, el ave asustada huyó bajando por las montañas.

— Despertaste. — Dijo con una sonrisa en el rostro mientras se acercaba al español, quién no podía moverse porque aún tenía al infante en su pierna. — ¿Cómo estás?

— ¿Que era eso? — cambió el tema, le interesaba saber qué clase de ave era la que vió, tan majestuosa e inquietante a la vez, el imperio sonrió nervioso, conociendo al extranjero no podía explicarle porque no lo entendería.

— Era mi madre. — soltó al fin, dejando al otro con un ceño aún más fruncido, no entendía, pero por alguna razón quería empezar a aprender.

— Oh, em...vale. — se agachó para agarrar de la ropa de la espalda al pequeño, elevandolo y enseñándole al Inca, el bebé al ver al de bandera colorida comenzó a sonreír e intentar alcanzarlo. — ¿Éste es tuyo?

— S-sí. — dijo cogiendo al bebé para cargarlo correctamente en su pecho, el imperio lo miró manteniendo su seriedad, así que era su hijo, entonces debe haber alguna madre.

Cruzó los brazos enojado, por alguna razón esto no era de su agrado.

— ¿Tienes comida? Podría comerme una vaca entera. — dijo agarrando su estómago, no sabe si es muy tonto o demasiado distraído, no había traído nada de las raciones para comer.

— ¿Vaca? —
— Es un mamífero. —
— ¿Mamífero? —

— Joder. — maldijo dando medio vuelta para caminar y hacerle una seña al otro para que lo siga, el imperio confundido no hizo más que hacerle caso.












— Todos los animales que pueden dar a luz son mamíferos. — Dijo el español, sentado en una roca, viendo como el multicolor buscaba algo entre el pastizal y las plantas de el valle, el bebé estaba entre las piernas del imperio, no sabe cómo llegó ahí, pero no lo va a mover.

— ¿Cómo éste? — Dijo sacando del pasto un pequeño. . .algo que parecía un ratón, que se removía buscando librarse, el imperio inca viendo esto lo tapó con sus manos, calmandolo al instante, entregandoselo al hispano.

— No sé que rayos es eso. — admitió recibiendo al animal con dos dedos, parecía una rata, por lo que lo tiró al suelo, dejándolo libre, limpiándose en la ropa, no le gustaba recordar a las ratas.

— Es un cuy, pero en esta etapa ellos tienen crías, por lo que no salen mucho de sus...madrigueras. — dijo parlando como podía el idioma del contrario.

— ¿Soy yo o tu español es mejor ahora? — Enrealidad así era, pero igual se podía notar un poco de mala pronunciación, el multicolor sonrió orgulloso de que lo notara.

— ¿Soy yo o tu español es mejor ahora? — Enrealidad así era, pero igual se podía notar un poco de mala pronunciación, el multicolor sonrió orgulloso de que lo notara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
♡¿ᴘᴜᴇᴅᴇs ᴠᴏʟᴠᴇʀ ᴀ ᴀᴍᴀʀᴍᴇ?♡  [ⁱ. ⁱⁿᶜᵃ ˣ ⁱ. ᵉˢᵖᵃⁿ̃ᵒˡ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora