♡¿ᴘᴜᴇᴅᴇs ᴠᴏʟᴠᴇʀ ᴀ ᴀᴍᴀʀᴍᴇ?♡ [ⁱ. ⁱⁿᶜᵃ ˣ ⁱ. ᵉˢᵖᵃⁿ̃ᵒˡ]

🔞Especial🔞

ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ ᴀᴜ

En un mundo donde la jerarquía lo era todo, nadie que fuera inferior (omega) tenía derecho a opinar sobre cosas importantes, ni ser líder de nada, sus derechos eran limitados y sus acciones igualmente. Eran llamados el género débil.

Para un hombre adulto, un rey respetado por las demás naciones, la potencia número uno en ese tiempo, con un pueblo que dirigir, esa ley de vida jamás había llamado su atención, ¿Por qué? Porque no tenía que preocuparse por su jerarquía, no tenía género.

¿Pero cómo? Dirán ustedes. ¿Cómo puede no tener un género? Pues, así había sido desde niño, no tenía idea de cuál era su jerarquía, lo que si tenía claro era su alta posición social, nunca le habían llamado la atención ninguna mujer, nisiquiera Francia, quién era la más hermosa y deseada alpha de Europa.

Regresando al presente, habían pasado muchas cosas en américa, el continente tenía dos imperios bastante fuertes, pero en lo que estaba interesado actualmente era en el territorio de ese alpha raro de sonrisa linda. Conocía por sus espías que el oro se podía encontrar en abundancia, tan solo tendría que poner a los pueblos conquistados por el imperio inca en contra de su líder dictador, y así solo esperar a que se maten y pueda ganar la guerra sin hacer esfuerzo.

Lástima que tenía que comprometerse más con ese plan, hacerle creer al idiota indígena de que estaba de su lado.

--—-¿Cuál es la necesidad de tener tantas mujeres?--—- preguntó con asco en la palabra, las costumbre del hombre a su lado eran singulares y anti-cristianas.

-—--No saber, debería tener más de diez, pero nunca yo tener una coya (esposa). ---— contestó un poco nervioso, el español le causaba esas reacciones, tenía una esencia que lo impulsaba a acercarse más y más.

El hispano apenas llegar, no reconoció a ningún alpha u omega, su gente indígena no tenía ningún tipo de olor, era como si todos fueran betas, pero según tenía entendido Tahuantinsuyo (que era su nombre) no conocía las jerarquías.

Caminar juntos era lo más liberador que había experimentado hasta el momento, la brisa era maravillosa y la vista de igual forma, sentía un poco de pena por las criaturas que allí vivían.

De pronto, Tahu se detuvo, con una mirada de sorpresa y perturbación, su vista se centró en el hispano en frente suyo, quién también había parado de caminar.

A paso lento se acercó a su cuerpo, llevando su rostro al cuello del mayor,  olfateando con gusto aquella zona, un delicioso aroma que provenía del cuerpo europeo, era tan nuevo y exorbitante, adictivo y delicado.

Un encantador y peligroso edor a limón y menta.

No pudo soportarlo, agarró fieramente ambos brazos del mayor de edad uniendo sus cuerpos en un abrazo posesivo.

La sorpresa del imperio español se disipó, forcejeando para tratar de soltar sus brazos y poder defenderse, pero era tan brutal el agarre, que tan solo inhalaba las feromonas del alpha enfrente suyo, debilitándose conforme más se resistía.

Se rindió, quedándose quieto en silencio, después de todo solo lo estaba abrazando, y por más que desee negarlo, le gustaba el afecto que recibía, era tan cálido, como si hubiera nacido para sentirlo.

——No poder...aguantar.—— gruñó cerca de su cuello, haciendo que la expresión del otro se deformara a una de enojo, soltando desde el fondo de su garganta un gran grito de dolor cuando los colmillos contrarios penetraron la piel de su hombro derecho.

Fue como si una brisa le recorriera los nervios desde la cabeza hasta la punta de sus pies, su rostro se mantuvo en esa expresión de dolor desgarrador, su armadura comenzó a temblar al igual que su cuerpo.