Capítulo nueve

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--- Terminé de rev–
--- Shh, silencio. --- susurró con el ceño fruncido colocando un dedo en sus labios por la seña, el multicolor al instante se tragó sus palabras, cerrando la «puerta» de telae que separaba la casa del exterior. ---Se acaba de dormir, no quiero que tú cría me siga atormentando.

El Inca asintió, llendo dónde el hispano que permaneció sentado al lado de la cuna del infante, copió su acción mirando a su hijo dormido, sonriendo y acariciando con ternura sus pequeñas mejillas regordetas.

El de aspa de borgoña se quedó viendo la expresión que tenía el menor, ese rostro reflejaba felicidad y le contagiaba su calidez. Una mirada se le escapó al multicolor, notando que lo miraba, atrapandolo con las manos en la masa.

El español quitó con fastidio los ojos de él, se ruborizó una vez más, notando la vergonzosa escasez de distancia entre sus bocas.

--- Shumaq. (Lindo) --- masculló en su idioma a propósito, exaltandose al igual que el contrario cuando sus dedos apoyados en la cuna se rozaron por accidente.

Los pómulos de ambos se empezaron a calentar, sentían el pesado y sexualmente tenso ambiente alumbrado por las suaves luces del fuego de las velas encima de ellos, el sonido de la respiración del infante a su costado, la dilatación de sus pupilas no se hicieron esperar, sus ojos clavados en los contrarios.

Los latidos retumbaban en sus pechos, el sonido llegó a sus oídos, ahora nada más estaba en su radar más que ellos mismos.

La llama entre ellos dos había sido encendida de un momento a otro, e iba avivándose a cada momento, lo malo era que el menor no tenía ni idea de que hacer.

Su mente le decía que se quedara a contemplar más al europeo, pero su cuerpo lo impulsaba a chocar sus rostros y no sabía para que.

Los grandes orbes del Inca se sobresaltaron al sentir que alguien jalaba de su vestimenta inferior, el silencio fue roto.

--- ¿Que? --- preguntó confundido al ver otra figura de un bebé mordiendo con sus dientes natales el manto del contrario, se podía notar su claro cansancio al hacerlo, como si tuviera hambre y mucho sueño. --- ¿Otro más?

El soberano giró a mirarlo nervioso, el semblante del otro era tan disgustado, no haberle dicho sobre sus hijos fue un error después de todo, pero no creyó que necesitara saberlo.

--- ¿Hice algo malo? --- cuestionó inocentemente, agarrando al niño en brazos y meciendolo, mirando como se levantaba, alejándose del imperio americano, parando cuando preguntó tal cosa.

--- No, lo siento. Solo tengo falta de sueño. --- Soltó sin dirigirle la mirada, acarició sus propios brazos, llenandolos del calor que le faltaba desde hace años, no estaba molesto, eso era claro, pero sentía una incomodidad al estar con él, mejor dicho una resignación por no cambiar la firmeza de su corazón.
















----Mierda, que es esto. ---- exclamó con uno de los mazos de etnia chanca en sus manos, toda la mañana se había puesto a ordenar algunas cosas y le sorprendió ver que tenía bastantes de esas, parecían de ese tipo que reventaba cabezas como uvas.

Con calma se dispuso a bajar la colina hacia la desembocadura, dónde se supone que estaba el multicolor, o al menos eso le había dicho.

----Disculpa Inca, pero esto que se supone que e– ---- Grande fue su susto, al encontrarse con el soberano, pero no exactamente de la forma que hubiera deseado, sino que este no tenía ropa alguna, y sus brazos estaban detrás de su nuca, lo encontró en una pose tan incoveniente.

Sus ojos traicioneros se dejaron llevar, recorriendo con la mirada los músculos de su abdomen apretado, hasta llegar a su pecho húmedo y brillante. Ahora sabía que su entrepierna sin erectar era de un tamaño considerablemente largo.

---- ¿Hombre blanco?! ---- preguntó en tono preocupado cuando éste se golpeó así mismo para dejar de observarlo, tratando de ir con él, dando pasos en el agua hasta que el hispano le mostró la palma de la mano, expresándole que dejara de acercarse.

Se fue casi corriendo, su cara ardía totalmente, sino huía de inmediato podía terminar de sangrar, además de que era el primer pene que veía, no dejaba de pensar que era atractivo, ¡Y lo era, demonios! si que estaba enfermo.

----Este pensamiento maldito...---- Gruñó tapándose los ojos, tratando de relajar su ceño fruncido y enfriar su rostro de alguna manera.

♡¿ᴘᴜᴇᴅᴇs ᴠᴏʟᴠᴇʀ ᴀ ᴀᴍᴀʀᴍᴇ?♡  [ⁱ. ⁱⁿᶜᵃ ˣ ⁱ. ᵉˢᵖᵃⁿ̃ᵒˡ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora