ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 3: ʟᴀ ᴛʀᴀɴsғᴏʀᴍᴀᴄɪᴏ́ɴ, ʏ ᴛʀᴀɴsɪᴄɪᴏ́ɴ

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Mᴇᴅɪᴀ ɴᴏᴄʜᴇ, Esᴄᴜᴇʟᴀ Sᴀʟᴠᴀᴛᴏʀᴇ
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_POV's

El sonido de las gotas de lluvia cayendo sobre la escuela y sobre los árboles, hacía placentera la noche. Algunos ya dormidos, otros apunto de dormir, y otros desdichados que permanecían con insomnio, disfrutaban de la lluvia. Mas no los que habían salido de la escuela.

Herik y Garret no se encontraban en las instalaciones, ambos habían hecho una pequeña excursión por los alrededores del internado, buscando su próxima víctima. Garret, o garritas como le apodaba Herik, era un híbrido aún inexperto. Salían cada noche desde que se conocieron, ambos tenían un récord de más cadáveres con la garganta desgarrada. Eran salvajes por su lado licántropo y despiadados por su lado vampírico.

Se alejaron de la escuela y llegaron casi a los límites de Mystic Falls, allí se encontraron con un campamento. La lluvia les había apagado las fogatas y algunas carpas estaban con las luces encendidas. Ambos se acercaron lentamente sin hacer el más mínimo ruido. Garret rasgó una de las carpas para espantar a los que dormían en ella. Los híbridos se divertían al asustar primero a sus víctimas y luego succionar su sangre hasta el punto de la muerte. El que dormía en la carpa, abrió lentamente el cierre y sacó levemente la cabeza para ver quién estaba allí.

—muy mala idea amigo. —susurró Garret que estaba a su lado con una sonrisa. Cuando el chico logró verlo, ya era demasiado tarde, lo desangró y lo dejó tirado dentro de la carpa, mientras Herik se alimentaba de los demás campistas. Cuando terminaron, se dirigeron nuevamente a la escuela, mientras caminaban se quitaban los residuos de sangre de sus bocas.

—¿qué es lo que tienes pensado? ¿qué es lo que harás... con la gemela Saltzman? —le pregunta Garret al trihíbrido.

—¿por qué te interesa?

—pues... ella no estaba en tus planes, o eso creí.

—no, no lo estaba. No sabía que existía. Pero ahora que lo sé, la utilizaré para debilitar a Hope. —sonrió cruelmente.

—entonces, ella será tu instrumento. —murmura Garret para sí mismo.

—lo que he venido planeando desde que era un niño, es acabar con la familia Original. —responde el rubio lanzando una mirada de crueldad y severidad al vacío. —seré el dueño de Nueva Orleans y de este pueblo. Todos me temerán. Sólo tengo que deshacerme de la otra trihíbrida. Hope Mikaelson siempre estuvo en mi lista negra, sólo hay lugar para un trihíbrido.

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Los comienzos de Herik habían sido muy fuertes y desalentadores. La tarde del día de su cumpleaños 18, mientras organizaban una noche para ver la luna llena, se vio involucrado en una batalla entre una manada de licántropos rebeldes y su aquelarre. Las brujas les inducían dolor a los lobos para que desistieran del ataque y no crearan más desastre. Luego, uno de los licántropos logró huir de las brujas hacia el bosque, Herik lo siguió para hacerle sufrir, ya que él odiaba a los de su especie. Con su magia, Herik logró someter al rebelde, pero no por mucho tiempo. El tipo, debido a que la luna llena empezaba a salir, empezó su transformación, así que logró escabullirse y se abalanzó encima de Herik. Este lo mordió en reiteradas ocasiones, terminando así con su vida, o al menos eso creyó.

El lobo al ingerir accidentalmente la sangre del trihíbrido, volvió a su forma humana. Cuando Herik despertó, una sensación de confusión lo abrumaba. Se levantó despacio viendo a su alrededor y el sonido de las hojas de los áboles caer le molestaba, luego viró su mirada hacia sus manos. Él había muerto, pero estaba devuelta. Al levantarse totalmente, vio el cuerpo del licántropo tirado en el suelo. El tipo estaba herido pero no sanaba como debería hacerlo. Su sangre corría por su brazo y Herik podía olfatearla. Ese olor no era rechazado por él, más bien podía sentir el sabor de la sangre en su boca aún sin probarla. El chico con curiosidad y ansias de la sangre, se acercó al cuerpo y se agachó temeroso, pues tenía sus sospechas  acerca de lo que le sucedía. Al ver la sangre en bandeja, no dudó un segundo y clavó sus colmillos en el brazo herido y succionó el líquido, el cual le generaba placer. A falta de aire, se separó del cuerpo y respiró aliviado.

De pronto el licántropo se levantó asustado al ver al chico frente a él con sangre en sus colmillos y sus ojos venosos. Herik sólo le miró y, aún recuperando el aliento, su cuerpo le pedía más. Él podía escuchar las palpitaciones aceleradas del hombre y fijó su mirada en la vena yugular. El licántropo, helado del miedo, ni siquiera se movía, sólo lo observaba confuso. Pero el trihíbrido no desaprovechó la oportunidad, y con supervelocidad logró ponerse detrás del chico y, cuando este se dio la vuelta, Herik le clavó sus colmillos en el cuello. El chico intentaba resistir, peleaba lo más que podía, pero segundos después se quedó sin fuerzas y al final sólo quedó un cadáver desangrado.

Al haber asesinado al licántropo, la maldición se activaría, y no tardó mucho tiempo para que eso pasara. Empezó a dolerle todos los huesos y una corriente fría pasaba por cada parte su cuerpo. Cayó al suelo de rodillas apoyado con sus brazos, luego levantó la mirada y sus ojos cambiaron de un azul cielo a amarillo. Se retorcía mientras sentía sus huesos quebrarse. Su transformación se completó segundos después. Su apariencia de lobo era aluscinante. El pelaje color gris claro, con partes de negro, resaltaban sus ojos azules oscuros.

Pasó en ese estado hasta la madrugada del día siguiente.

Cuando llegó nuevamente a la aldea, todo era un desastre. Habían cadáveres de licántropos y otros de los miembros del aquelarre.

Herik corrió hasta donde estaba su madre y se llevó una enorme tristeza, pues no era más que un cadáver del montón. Su garganta había sido desgarrada por un lobo y había muerto casi al instante, según una de  las brujas que no logró evitar que sucediera. Esa noche había sido la peor de todas para Herik, pues ahora era, lo que él denominaba, un monstruo sanguinario, además, y no menos importante, había perdido a su madre. Desde ese momento, él no mencionaría la fecha de su cumpleaños nunca más.

ᴀʟᴡᴀʏs ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ - Hope MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora