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JiMin estaba agotado, mental y físicamente. Después de que lo encontraran atravesando una llave por el ojo del enfermero, le dieron un sedante y lo encerraron de nuevo. De ese suceso en adelante, el único que tenía la llave de su habitación era su doctor, que pocas veces entraba, aún cuando fueran sus habituales citas.

Para comer, solo le llevaban la bandeja con los platos mientras dormía, de lo contrario, no se acercaban, por el miedo de que pudiera pasar algo similar. Era así de sencillo, dormía y le llevaban la comida, si no estaban seguros de que dormía, no le llevaban nada. Si no dormía en un día entero, no comía nada en un día entero, aunque dormir no era problema para él, soñar si que lo era, constantemente tenía pesadillas, donde los protagonistas solían ser su mejor amigo, el enfermero, Rose, JiSoo, incluso la vez que YoonGi casi es víctima de su locura.

Aunque, esa vez fue distinto, su descanso no se vió afectado por sangre, gritos desgarradores, muertes o algo parecido. Simplemente durmió un largo rato, mientras sonreía con la inocencia que el verdadero JiMin albergaba.

¿Y que había cambiado? Un sobre blanco que se había deslizado por debajo de la puerta. Cuando lo vio, se acercó dudoso, tomándolo para descubrir que venía de YoonGi. Tenía miedo, no sabía si en ese sobre, YoonGi había escrito palabras crueles contra su persona o, si por el contrario, escribió palabras de aliento y esperanza para él. Terminó por abrirlo, con manos temblorosas y leyendo la carta.

JiMinie:
Sé que ha pasado un tiempo desde que me he comunicado contigo, la verdad es que quería hacerlo antes, pero quería estar seguro de lo que te diría antes de hacerlo, porque una vez que esta carta llegue a tus manos, no hay vuelta atrás, espero que la leas y entiendas.

Me enamoré de ti en mi estancia en Busan, mientras creía que eras el ser más puro e incapaz de dañar a las personas, y después, por HoSeok, descubrimos que eras el asesino de 3, incluyendo a tu mejor amigo que te defendía sin importar qué.

Después de que te atraparan y te hicieran esos cuestionarios en el hospital, dedujeron que tenías un trastorno de doble personalidad, yo solo entendía que habían dos JiMin en una mente y eso me aterraba. El día en el que fui espectador del segundo JiMin, no te mentiré, quería huir del país, y es que aunque fuera el mismo cuerpo, el mismo rostro, la misma voz, todo en ti parecía haber cambiado cuando se asomó ese otro JiMin.

Sin embargo, al salir aquella vez, fui directo a la biblioteca, buscando entre decenas de libros, y logré encontrar historias (un poco cortas) en un viejo periódico, de personas que tenían casos parecidos al tuyo. Investigué y logré dar con algunas, las demás habían muerto hace un tiempo ya.

Las personas con las que hablé, mencionaron que su vida tranquila como civiles, pudo ser posible gracias a que la otra personalidad se durmió, pues ya no se sentían atacados, y aunque tuvieron algunos episodios, claramente pues nada es perfecto, pudieron controlarse, y tuvieron el apoyo de varias personas para ayudar calmar los sentimientos intensos que hacían a las otras personalidades salir. No hay una cura para esto, el único modo de ayudarte, JiMin, es que reconozcas que ya no te están atacando, simplemente intentan ayudarte, y aún si te atacan, debes ser más fuerte que el otro, quitarle la luz principal y enfocarte en ser tú.

Y aquí es donde llega la parte definitiva de mi carta, la que mencioné al inicio. Ya no puedo visitarte, por el incidente que tuviste hace unos días con el enfermero, las visitas no están permitidas, pero confío en que encontrarás la manera de mejorar y, en cuanto se me permita, iré contigo, estaré para ti, y si llegas a salir algún día, seré esa persona que te ayude a calmarte si vuelve a suceder, porque JiMin, me enamoré de ti, profundamente si soy sincero, y no puedo dejar ir a alguien como tú, aún con el otro sujeto, quiero estar contigo. Comencé a ahorrar para comprar una casa donde podamos estar tú y yo, mi departamento es en extremo pequeño y no quiero que te sientas agobiado por el espacio. Espero y que no sea demasiado para ti lo que estoy diciendo, igual puedes rechazar la idea de estar conmigo, tampoco quiero presionarte, pero quiero que sepas que estaré ahí tanto como pueda.

-YoonGi

Al terminar de leer, abraza las hojas contra su pecho, arrugandolas un poco en el proceso. Mira la letra delicada de YoonGi, lee la carta nuevamente y asiente, seguro de si mismo, ya no bastaba con ignorar al otro sujeto, debía enfrentarlo, y eso haría si era posible. Se acuesta en lo que hacía de cama para él, sonriendo y durmiendo con calma, sin pesadillas, sin horrores, sin recuerdos del otro sujeto, solo durmió y descansó, por varias horas.

White roomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora