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Tal como JiMin había temido, su juicio no fue muy favorable para él. Esa mañana despertó con el control de su cuerpo, no estaba la voz del otro sujeto, pero había algo más que faltaba, no recordaba nada de lo que había visto mientras estuvo retenido en su cabeza, en absoluto, solo eran una mancha negra en su memoria.

Al no recordar nada, el juez determinó que no podía evaluarse correctamente su estado mental, y por ello, debía seguir con el mismo sistema de encarcelamiento hasta que mostrara una mejoría mínima para su evaluación, de modo que así se dictaminaría una sentencia definitiva o su libertad condicional.

JiMin no pudo sino llorar mientras volvía a estar en su habitación solitaria, blanca, fría y acolchonada, sosteniendo su cabeza con sus manos, mientras daba un alarido estremecedor de dolor e ira, el otro sujeto reía pero claro, solo él lo escuchaba, solo él sentía la desesperación por callarlo, pero ni siquiera él podía lograrlo.

YoonGi fue a verlo una vez, según dijo su enfermero, pero por la habitación que estaba y lo peligroso que lo consideraban desde la última vez, no habían dejado que se reunieran, ni le permitieron dejar la carta que llevaba.

Se estaba cansando, ¿Y si lo dejaba ganar? Ya creía todo perdido, ¿Que más daba? El otro sujeto tendría lo que quería y JiMin podría descansar un poco. Quizá no era tan mala idea, o eso pensó hasta que se dió cuenta que era justo lo que le impedía mejorar, esa pequeña espina de que todo sería más fácil, ¡Claro que lo sería! Pero no por ser fácil sería mejor, ni para él ni para los demás, así que negó, queriendo sacudir esas ideas de su cuerpo y proponerse mejorar, de nuevo, solo esperaba lograrlo esta vez.

De nuevo, muy corto, lo siento, pero no quiero mezclar ideas de capitulo ni adelantarles así que uwu bai

White roomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora