Capítulo 5

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Un agitado Wei Ying descanso de su carrera apoyando su peso en el tronco de un árbol. Llevaba unos minutos corriendo y alejándose de la posada, adentrándose en el bosque que separaba la montaña en la que vivía con el pueblo. Suspiro luego de recuperar la normalidad en su respiración, camino hasta uno de los claros que allí había y que él conocía como la palma de su mano. Después de todo, el silencio siempre era un arma de doble filo para sí mismo. Si deseaba el silencio iría a aquellos lugares, pero si tenía que evitar quedarse solo, entonces se alejaría lo más posible.

"Lan Zhan... Sigues vistiendo de luto ¿eh?"

Se preguntó mentalmente y si no fuera porque ya no podía, se hubiera reído por ello. Trece años habían pasado para los demás, su propio cuerpo había cambiado, pero nada que se pudiera llamar como tal. Lan WangJi seguía siendo la persona más hermosa que había visto en su vida, aún con el paso de los años y eso le hacía preguntarse si aquél inexpresivo hombre ya habría encontrado a alguien a quien otorgarle sus afectos.

― Pero ¿qué estoy pensando? ― se preguntó y a pesar de que él tono inquisitivo se oyó en su cabeza, no lo hizo en su voz.

Su mente viajo a aquella vez en Lanling, donde una joven doncella tímida, pero con excesiva fuerza, lo había besado. Su primer beso tan celosamente guardado fue robado tan fácilmente que él aún no lo creía del todo, pero cada vez que se permitía dudar de ello, recordaba sus temblorosas piernas.

"Terminar así después de un beso..."

Suspiro y sus dedos picaron. Como deseaba tener a Chenqing con él, necesitaba desahogarse, así que hizo lo único que podía hacer hace días. Cantar y no cualquier canción, sino esa que le venía calmando y que luchaba con su mente por tratar de memorar dónde la había escuchado.

(...)

Mo XuanYu nervioso atendía las mesas, se sentía observado y no era para menos. Si tenía a 3 pares de ojos mirándolo, unos más disimuladamente que otros. Se lo había esperado de su A-Niang pues está vigilaba que tratará de obtener información de los cultivadores. Pero jamás espero que dos de los Lan le prestarán atención, mucho menos que uno fuera el mismísimo Lan WangJi.

Desde que había entrado en su campo de visión, este seguía cada movimiento que hacía y XuanYu sólo se podía preguntar por qué malditos demonios tenía que ser él. Si no hubiera tomado el primer descanso, ahora sería él quien estuviera almorzando y no las demás. Soltó un suspiro y terminó de limpiar una mesa, sus invitados ya se habían retirado y como su entrenamiento decía, no podía dejar una mesa sucia si esta no estaba siendo ocupada.

Lleno su bandeja con los platos y demás utensilios, la tomó con cuidado y se levantó en dirección a la cocina, pero en un momento de torpeza, de esos que no tenía hace ya mucho pero que habían vuelto por la presión de ser vigilado, lo hizo tropezar y casi botar todo. Y lo hubiera hecho, sino fuera porque justo en ese instante, el único joven Lan que no le prestaba atención, se levantó y atrapó todo antes de que estuviera en el piso, él incluido.

― Mu-muchas gracias... Di-disculpe mi torpeza, por favor ― dijo recuperándose del susto de su vida.

El otro le sonrió y tendió la bandeja con las cosas, le dijo que no importaba y que no se preocupará, no era su culpa.

― ¿Eres cultivador? ― le preguntó.

― JingYi, las reglas... ― le recordó el otro menor, sonriendo a su persona.

Se levantó e hizo una reverencia que fue correspondida inmediatamente por el de rojo.

― Disculpe nuestra falta de cortesía, mi nombre es Lan Sizhui y pertenezco a la Secta de GusuLan ― se presentó con una sonrisa amable.

Bu Wang - Mo Dao Zu ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora