Capítulo 15

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Siguieron por su camino, avanzando y dejando atrás el área de la Secta Gusu Lan, caminando juntos y en silencio, el tiempo pasaba. El de negro mantenía presionado su estómago, su herida no se había abierto pero era mejor prevenirlo para evitar explicaciones respecto a porqué aun no sanaba. Perdido en su preocupación, no noto como se fue quedando atrás y su rostro mostró un poco del dolor que sentía al estar en movimiento luego de una puñalada. WangJi al notar la lentitud de su acompañante, volteo a ver que pasaba pero al notar el aspecto del contrario, se apresuro a acercarse preocupado.

― Wei Ying ¿duele? ― dijo posando su mano sobre la del contrario.

El de negro levantó la mirada rápidamente y trato de negar, pero no pudo hacerlo al ver la sinceridad en aquellos ojos dorados.

― ...un poco ― bajo la vista avergonzado por la calidez en su pecho.

El Lan tomo con cuidado la cintura del otro, subiéndolo a Manzanita con la mayor delicadeza que podía tener. Se miraron unos instantes a los ojos siendo el de blanco quien rompió el contacto visual para tomar la riendas y tirarlas. Volvieron a avanzar, esta vez con un par de orejas y mejillas sonrojadas. Wei Wuxian no pudo evitar recordar aquella memoria de su infancia, una mujer de blanco sobre un burro que era tirado por un hombre de negro que llevaba a un niño pequeño en sus hombros. Soltando un suave susurro, murmuro "...solo faltaría A-Yuan" sintiéndose nostálgico y triste se perdió en sus pensamientos sin notar lo suave que se volvió la mirada del hombre que caminaba frente a él.

El pelicorto salió de su ensueño y para distraerse comenzó a tararear aquella canción que siempre lo tranquilizaba, WangJi se detuvo unos milisegundos cuando le fue preguntado el nombre de aquella tonada. Trato de escapar cuestionando el porqué de la repentina pregunta, pero no sirvió de nada ante la insistencia del otro, así que prefirió simplemente callar y responder solamente que fue él quién compuso aquella pieza.

― ¿Alguien más la ha escuchado? ― su tono dejaba entrever un poco de expectación.

― No. Nadie ― dijo apretando las riendas en su mano y como si no fuera suficiente, luego agrego ―... solo Wei Ying ―

Ante esto, el otro bajo la cabeza y sintió su corazón latir desenfrenado, como hace mucho no lo hacía, apretando su fuerza en las piernas incomodando a Manzanita, que se agito un poco pero se calmo al sentir la firmeza de WangJi. Wuxian abrazado al cuello del animal, aprovecho de ocultar su rostro para que no se pudiera ver nada de lo que sentía en esos momentos y no podía ocultar. Así continuaron su viaje en silencio, disfrutando la compañía contraria y la comodidad de saberse junto al otro. Para el día siguiente, Wuxian estaba cansada y sediento, más trataba de ocultarlo pues no quería ser la causa de la demora en la llegada a Yiling, pero WangJi tan atento a la condición del de negro como siempre, lo notó y decidió que aquella granja junto al camino sería un buen lugar para un receso en su viaje.

Llamaron durante un tiempo, más nadie respondió y al empujar la puerta, está se abrió sola. Una mesa de madera hecha a mano estaba en el centro del patio, y un tazón de frijoles que no se había pelado por completo estaba sobre la mesa. Una alta montaña de pajas estaba junto a la pared de tierra, un rastrillo sobresalía de ella. Por todo el suelo, los polluelos chirriaban mientras picaban el arroz. En un rincón del patio había unos melones apilados, al verlos el de blanco se acerco a tomar uno para dárselo al menor, ya que estaba consiente de su baja nutrición. Este lo acepto con un brillo en sus ojos diciendo "Hay que adaptarnos" y justo cuando Lan WangJi iba a poner monedas sobre la mesa, el sonido de pasos vino desde afuera de la pared, probablemente eras los dueños que acababan de llegar a casa.

Debido al miedo de ser reconocido y a otras razones que no entendía, Wuxian empujo rápidamente al Lan hacia abajo, detrás de una pila de paja. Cuando lo pensó mejor, negó con la cabeza hacia si mismo "¿Qué probabilidades hay de que me reconozcan? No tiene sentido, ¿por qué me escondo?" sin darse cuenta que había empujado todo el cuerpo del Jade hacia abajo y que no tenía la fuerza para sostenerse a si mismo, por lo que termino tumbado encima del mayor. El sonido de los taburetes de madera siendo movidos lo trajo a la realidad, los dueños parecían haberse sentado ante la mesa.

Bu Wang - Mo Dao Zu ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora