i s o l e m e n t

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❝¿Qué tan mal debes estar para alejar incluso a tu propia madre?❞

— "¡Mami!"

Todos sentimos que, de alguna forma, nuestras madres son especiales.

"Mami, ¿las nubes son de algodón?"

YoonGi sintió que su progenitora era una súper mamá que preparaba pasteles rellenos de chocolate o que cocinaba pizza cuando tenía seis años.
Sintió que su mamá era una especie de agente secreto, como en las caricaturas que veía, porque inmediatamente después de que él rompiera algo por accidente o tomaba una de las galletas que no le dejaban comer, ella lo sabía.
No era un secreto que, como todo niño, le teme al enojo de su madre, qué decir del furioso zapato o sandalia que era elevado para darle unas nalgadas.

Una madre lo es todo para cada niño, no importan los berrinches, las mentiras o los conflictos. Nada de eso importa, porque ellas siempre serán nuestras madres y nosotros siempre seremos sus hijos, sus retoños o sus bebés. Al final, alguien que te dió la vida, no puede olvidar tan fácilmente que hay un corazón que siempre le va a pertenecer.

YoonGi era un niño, y como todos, hay facetas donde los enojos son tan tontos que terminan diciendo tonterías en alto o por escrito.

— "¡Te odio! ¡ojalá no hubieras sido mi madre!"

Odio.
Una palabra muy fuerte en bocas erróneas, ¿sabes que odiar está mal? Sí, quizás a veces decimos "lo merecen", que el odio es lo justo para definir cómo te sientes, que es lo único que alguien debería tener de otros; YoonGi odiaba la escuela, lo hacía, o lo había hecho, por niños que al final no volvió a ver. Así que ese odio ya no contaba. Odiaba a su padre, por las mismas razones de siempre o algunas acumulándose como una infinita lista.
Pero, ¿odiar?

— "Hola..."

¿Qué ganas con odiar?

— "... casi se cumplen dos años."

¿Qué ganas con perder sentimientos en algo que al final no vale la pena?

— "Tal como ese día, hoy hace frío y está lloviendo... ya sé, ya sé, detestas que no traiga paragüas o impermeable, pero... ¿importa?"

Algo como el odio... tan semejante a la venganza, son sentimientos que solo marchitan tu ser.

"Te traje girasoles, diecisiete, como tu cumpleaños."

YoonGi odió a HoSeok por irse.

— "Y tulipanes..." — elevó su pequeño ramo de ocho tulipanes rosas — "son tus... nuestras flores favoritas. Me recuerdan el día que nos besamos infantilmente en el invernadero detrás de tu casa..."

Y YoonGi no lo odiaba por suicidarse, o por abandonarlo, aunque a veces –siempre– sí que le echaba de menos. Lo odiaba por no haber confiado en él.

— "Papá me cambió de escuela después de tu muerte... ahora todo es diferente, todo cambió, pero... siempre te veo caminar por los pasillos de mi escuela, como si conocieras el sitio mejor que nadie."

El odio es el que se consume tarde, como una temporada de invierno crudo que no parece querer detenerse. Y se siente como tal, desperdicia tu día, tu tiempo y a veces echa a perder tus planes.

— "Seok... por favor, disfruta del cielo por ambos, ¿si? Yo viviré el infierno para que tú no cruces ese lado, porque mereces el cielo entre tus manos."

Entonces, ¿de qué te sirve odiar?

— "Yo... te extraño muchísimo, Seok.."

YoonGi entendió que odiar a su madre no era la respuesta a sus berrinches, que si ella no lo defendía, no le lanzaría su odio. Y aunque se lo mereciera, cosa que no, no dejaría su odio ahí.
El odio es una palabra fuerte, maligna, que pudre el alma de alguien, sin piedad.

Hate (미움)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora