t o u j o u r s ☂ a v e c ☂ t o i

28 7 0
                                    

❝Jamás te sentirás tan valiente como cuándo uses el miedo como impulso, ya sea para salir adelante, para pedir ayuda o para apoyarte en la persona correcta.❞

El sexo entre ellos era frecuente, si no podían hacerlo en sus hogares, buscaban donde hacerlo.

– Joon, quitate el cinturón...

– ¿El volante no lastima tu espalda?

Incluso cuando NamJoon tuvo un auto -uno más caro que el anterior que su padre le había castigado por algo que Nam y Yoon habían hecho-, pasaron a tener sexo en un estacionamiento a mitad de la noche, con la excusa de que tenían trabajo escolar con otras personas y que tenían que pasar la noche fuera de sus casas.

Nadie sospechaba nada.

Señor, le recuerdo que el joven Min necesita ir a practicas de baseball durante un par de horas

– ¿Prácticas?

– El joven Min es el mejor del equipo.

O al menos no los que no debían.
Y eso estaba bien.

YoonGi nunca se quejó de ser quién siempre recibía.
¿Era esa la expresión correcta?

"Yo dejo que él me haga cosas... ¿eso está mal?"

De hecho, estaba satisfecho de serlo y siempre le gustaba la expresión de NamJoon cuando él rogaba por atención de su boca y de que embistiera cada vez más fuerte y hondo.

Eres tan dulce, Yoon....

De alguna forma, YoonGi adoraba ser quién recibiera.

Porque NamJoon le hacía ver que era valioso y le hacía saber que al menos había alguien que estaba siendo adicto a él, curando las heridas de su niñez -de cosas que no se están contando en este momento, ni siquiera entre ellos- y que él era otra fuente de apoyo a lo que NamJoon sufría.

Eran iguales, de alguna forma lo eran, sufrían.

Y aunque YoonGi no sabía de qué exactamente, esperaba que no fuera tan malo como lo que él estaba sufriendo.

Aunque no todo era de color rosa.

Mientras ellos mantenían una extraña relación en secreto, YoonGi siempre volvía a casa asustado del presente y del pasado, él no pensaba en el presente y en el futuro como NamJoon hacía.

Él no pensaba qué sería de ellos en el futuro, no pensaba donde ir a comer el día de mañana o de qué podrían hablar en aquella noche, pegados al teléfono. Y no pensaba en eso porque su casa era similar a un infierno, constantemente era golpeado y azotado por su padre, quién comenzaba a tener deudas con gente de alto poder y por ciertos fracasos con su negocio; siempre culpando a su familia.
Y para empeorarlo, Sun, su hermana, había desaparecido del radar de su progenitor, para planear cómo salvar a su familia o cómo volver con YoonGi.

Todo se estaba volviendo un caos.

Pero nada de eso lo lastimó más que el rechazo de su chico sol.

– Hobi, habla conmigo por favor...

Sabía que hablar con los muertos no era algo normal, que sólo representaba cuanto le había afectado la pérdida de HoSeok y que no lo había superado ni un poco. Locura total.
Pero, ¿podian culparlo? Él solo quería a su SeokSeok de vuelta, al primer amor en mil y un formas.

Seokie...

– No, Yoon.

YoonGi no se había sentido tan mal en años. U
Incluso la adoración de NamJoon no lo hacía sentir mejor, NamJoon jamás podría sanar su corazón. Jamás podría reemplazar al sol que tenía en su roto corazón.

Seok...

¿Porqué un viejo amor duele así?

Por favor, háblame.

YoonGi odiaba sentirse así.
Y sentía que se moría poco a poco.

Pero incluso así, nunca se quejó de la forma en la que sus sentimientos se expresaban cuando se trataba de NamJoon, nunca se odió por la forma en la que se volvía débil cuando NamJoon estaba para él.

"Quiero morirme, Nam"

Dijo una vez, mientras NamJoon limpiaba y curaba las heridas que su padre había provocado nuevamente.

YoonGi odiaba todo.
Odiaba a su padre.
Odiaba a NamJoon por su optimismo.
Odiaba el silencio de HoSeok, odiaba que le diera la espalda, como si no quisiese verlo, pero incluso enojado, no dudó en reprocharle.

– No digas tonterías, Yoon. Estar muerto no es divertido.

A HoSeok jamás le gustaron las palabras relacionadas con la muerte, incluso si ahora formaba parte de ella, seguía sin gustarle.

NamJoon suspiró en respuesta. Aquel que era mejor amigo y amante, le había pedido que comentara nada al respecto y que no dijera tonterías, pero YoonGi sencillamente soltaba cosas sin emoción alguna.

– "Siento que me estoy muriendo en vida, no consigo ponerme de pie cada vez que soy azotado por mi padre, no consigo respirar en ocasiones, me cuesta creer que de verdad sigo vivo, me duele y me cuesta mantener una conversación con la gente".

Aquel día, NamJoon olvidó los límites, cerró la puerta de su habitación y besó cada herida de la piel de Yoon, regalándole dulces palabras.

Eres fuerte.

HoSeok suspiró y dejó de darle la espalda.

YoonGi se lamentó de su expresión.

– ¿Porqué lloras, sol mío?

NamJoon murmuró una respuesta, pero su atención estaba en HoSeok, que rechazó su mirada.

"¿Es esto seguro?"

¿Qué? ¿De qué hablaba HoSeok?

"¿Crees que él es seguro?"

NamJoon le propinó un suave beso en la nuca, susurrándole palabras de aliento, profesándole su amor y cariño. Lo acarició tan dulcemente que YoonGi tembló.

Le proporcionó una fuerza que YoonGi no supo de dónde provenía de su ser. NamJoon le susurraba que harían el amor y que iba a mostrarle lo que era amar.

Y aunque atesoró la forma en la que NamJoon le demostró amor mientras su mente parecía hundirse en el placer, no pudo evitar pensar en la respuesta que quería brotar de sus labios.
Una respuesta que lo asustó tanto y que tuvo que guardarse.

"No lo sé.

Hate (미움)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora