Se encontraron como las olas del mar se encuntran con la orilla. De repente y con firmeza.
—¿Qué te gustaría?
Cuando Changkyun vio a través de la cortina de pestañas, no estaba seguro de lo que el chico era. ¿La luna? ¿El Sol? ¿Un eclipse? Y fue entonces cuando la primera daga afilada de la necesidad, atravesó el centro de Changkyun, el chico de los vórtices de agujeros negros y planetas fríos y desconocidos.
—Un americano, agrégale un poco de crema —Changkyun respondió automáticamente.
El chico asintió con la cabeza, se giró, e hizo el mejor americano con un poco de crema que Changkyun jamás había probado.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó la oscuridad.
—Lee Jooheon —respondió la luz.