A Jooheon le gustaba la forma en que el viento empujaba su cuerpo, y le gustaba la forma en que la columna vertebral de Changkyun se ondulaba debajo de él, pero admitió que le gustaba todo de Changkyun, especialmente esos tatuajes.
Changkyun los había llevado a un edificio en ruinas. Se colaron por la escalera de incendios, los ágiles dedos de Changkyun tocaban la parte trasera del jersey de Jooheon de vez en cuando.
Eventualmente, Jooheon se detuvo y empujó a Changkyun contra los ladrillos y lo besó con fuerza.
Changkyun se desmoronó completamente después de que Jooheon se mordiera el labio inferior, y deslizó su rodilla entre las piernas de Changkyun.
Los dedos de Jooheon se deslizaron por la camisa de Changkyun, agarrando y pinchando los botones para desabrocharlos y así revelar sus tatuajes.
Jooheon besó el contorno de los pájaros en su clavícula. Besó las flechas grabadas en sus costillas y pasó su lengua por la serpiente que estaba por encima del triángulo que estaba a la izquierda de su corazón.
Changkyun apoyó sus pies en la rejilla, demasiado asustado de que sus rodillas se doblaran bajo él porque esto era más allá de lo imaginable.
Jooheon estaba más allá de lo imaginable.
Changkyun se sintió afortunado.
