BH | ❛ Hannah se suicido porque tenía el corazón roto. Porque todos habían hecho de su vida una miseria.
Pero Hannah no pensó en las personas a las que les rompería el corazón haber tomado aquella última decisión. ❜
¡PAUSADA TEMPORALMENTE!
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LA NOCHE EN casa de los Corregan no había sido la mejor. No se aseguraba el motivo de este hecho porque habían dos opciones: la discusión que se presentó entre los progenitores por el estado de ebriedad en el que había llegado el hombre del matrimonio o la cohibición que sentía Madison al pensar sobre el pedido de su escuela para declarar a su favor en el juicio convocado por los padres de su mejor amiga.
Cualquiera era una justificación a las grandes ojeras que se marcaban bajo sus ojos marrones y el haberse dormido sobre la mesa del pupitre en cada clase que tuvo aquel dia.
De todas formas, a la chica de descendencia latina no le importaba mucho aquellas situaciones. Posiblemente en otro dia distinto al presente hubiera querido que todo le saliera bien después de la ardua conversación que tuvo el día anterior con su madre, pero como dije, aquél día no.
Dejó sobre la lápida un ramo de tulipanes recién comprados y se sentó sobre el césped reseco delineando con sus delgados dedos el grabado en el mármol. Una sonrisa nostálgica surco sus labios y una lágrima traicionera resbaló por su mejilla.
Jefferey "Jeff" Atkins. 1999 hasta 2017. D.E.P Fue fácil quererte, difícil olvidarte.
Una risa irónica salió de los labios de la chica cuando pensó en la reacción del antiguo atleta estrella si la llegará a ver tan rota y destrozada.
Suspiro al captar movimiento en uno de sus costados e intento sonreír débilmente en esa dirección. Clay apretó su hombro con los labios fruncidos y le tendió la mano para ayudarla a ponerse de pie.
Madison le dio las gracias a su amigo cuando acepto su mano y en un gesto vano se acomodó el cabello que caía por su rostro enrojecido. El muchacho le dedicó una mirada lasciva y mostró la pantalla de su celular en donde habían varias notificaciones con el apellido Corregan de remitente.
―Lo siento, Clay. Sólo...― su voz se rompió a medio hablar y tuvo que retener la respiración para evitar que las lágrimas cayeran―. No importa, salí de las clases y necesitaba hablar con alguien.
―Estuve en la corte.
Ante las palabras de Jensen, la primogénita de los Corregan se golpeó la frente con una de sus palmas y soltó un suspiro. Había olvidado el juicio por pensar en el homenaje que hoy se celebraría en nombre de su difunta pareja y se comenzó a sentir como la peor amiga del mundo.
―Yo... no lo recordaba― admitió con vergüenza―. ¿Cómo estuvo?
El de ojos claros titubio antes de responder a la interrogante y una llamada entrante al celular de la fémina los interrumpió de su diálogo actual.