Capitulo 23

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Trece años atrás

-"no te llevarás a Lena!"- golpea la mesa, arrugando y luego tirando el papel recién leído lejos, cayendo bajo el mueble.

-"no permitiré que crezca en medio de esta inmundicia. No le harás daño con tus malditos negocios... sé lo que planeas hacer y es monstruoso"

-"daño? DAÑO?! Jamás le haría daño a Lena... ella es mi hija y no dejaré que te la lleves! Entiende eso de una vez"

-"terminarás lastimándola y condenándola por tu errores! nunca podrás ser un buen padre para ella!"- las palabras de la mujer fueron calladas por una fuerte y violenta bofetada en su mejilla que le hicieron caer.

El hombre se mantuvo de pie, respiraba agitadamente ante ese descargo de ira sobre la mujer. La mujer se tomó el rostro, notando como un leve hilo de sangre salía de su labio. Miró desde el suelo a su marido que aun estaba iracundo.

-"no...no te la llevarás"- dijo entre jadeos controlándose. La mujer frunció el ceño y se levantó.

-"esta es la última vez que me pones un dedo encima Leonel... esto se acabó...se acabó!"- salió rápidamente de la oficina.

Después de lo sucedido y de contemplar un momento los retratos sobre su escritorio, puso boca abajo aquella fotografía que retrataba al matrimonio. Luego tomó el teléfono para marcar un número conocido.

-"Zor-El... habla Leonel, quiero que mañana tengas lista a tu hija, entrégasela a Zod en el lugar de siempre ..... no, no le sucederá nada a tu hija... no preguntes, solo hazlo"

.

-"solo has lo que acordamos pequeña Kara y todo saldrá bien"

-"y si alguien me ve entrar?"- pregunta un tanto inocente la niña.

-"pierdes.... Y ya sabes lo que sucede si pierdes"- dice mirándole de manera intimidante.

La niña retira la mirada del hombre para clavarla en el suelo. Solo oye los pasos del pelirrojo irse. Ahora está sola. Debe hacerlo, no sabe porqué exactamente, pero debe hacerlo. Se escabulle por el jardín trasero, se detiene a ver por unos segundos aquel columpio vacío, moverse ligeramente por efecto del viento. Luego ve la fachada de la mansión, el clima es soleado. Se puede notar que hay gente adentro. Sacude la cabeza y continúa caminando hasta la puerta. Apoya su pequeña mano en ella y la abre.

Sube por las enormes escaleras, camina con suavidad por los pasillos, sus leves pasos apenas emiten ruidos, por lo que pasa inadvertida. Esa casa le inquieta enormemente, o tal vez sea lo que debe hacer allí.

Tal cual, sigue la indicación de su mentor, después de recorrer el largo pasillo, la última puerta del corredor, en esa debe de estar. Siente un fuerte escalofrío recorrer su espalda, pero debe seguir. No sabe muy bien porqué, se siente inconsciente de sus propios actos, de su propia respiración, solo lo hace.

Abre la puerta, encontrándose con un estudio de arte. Atriles, lienzos, esculturas, todo con toques muy femeninos. Al fondo, una mujer de cabellos ondulados se encuentra sentada en una silla, frente a una pintura, con pincel en mano. Cierra la puerta tras ella.

El sonido de la puerta hace que la mujer note la presencia de la niña. Se queda observando sorprendida y muda a la pequeña intrusa que acababa de entrar. Después de un minuto de silencio, su rostro se tranquiliza y cierra los ojos, emitiendo un suspiro.

-"entiendo... entonces eres tú aquella niña"

La rubia le mira sin entender y permanece tan seria como entró, en silencio. La mujer se para de su asiento y camina para acercarse un poco hacia ella.

La ciudad del vicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora