Capítulo 9: La vida de un artista (5° Parte)

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Desde que llegó Rey a dar su primera función en París pasaría un mes. Se escucharía el timbre, el hematófago se acercaría a la puerta y la abriría.

-¡Bonjour, mon ami!

-Monsieur Rey. Que sorpresa.

-Le he traído un presente, ¿puedo pasar?

-Claro.

Él entró, cerrando la puerta tras suyo.

-Tenga.- Le extendió un papel doblado.

-¿Qué es esto?- Preguntó, desdoblándolo.

-Una invitación para mi última presentación en París.

-¡Cómo! ¿Ya se marcha?

-¡Como si no hubiera pasado un mes! Pero no se preocupe, volveré pronto. ¡Adoro París!- Le guiñó, riendo alegremente. -¿Le espero con sus amigos?

-Claro, preguntaré a Lucille también. Será un honor ir a su última función.

Rey enfocó la vista fijamente hacia la escalera. Había visto que algo se asomaba, se movía y se ocultaba.

-¿Qué ocurre?- Preguntó la pulga al verlo trastocado.

Él señaló a la escala y el hematófago se volvió al escuchar su nombre.

-F-Francoeur.

-¡Oh! Eres tú.

-Perdona, sólo estaba pasando, pensé que estabas con un humano.

-¡No, no! Ven, adelante.

-No...- Tragó saliva. -No es necesario.

-Vamos, te presentaré a alguien.

-Bueno, no quería importunarlos.

Rey inclinó la cabeza al escuchar que bajaba los peldaños. La voz que había escuchado era suave, y había algo en esta que le hacía familiar.

-Espero no estar...interrumpiendo...- Se detuvo al pie de la escalera, ante la mirada de ambos insectos. Sus ojos se agrandaron, nunca había visto un insecto como Rey. Le era desconocida su especie. Su expresión era de curiosidad, la de Rey era de total asombro. No podía emanar las palabras de su boca. Tragó y jadeó.

-¿Eres...un grillo?

-...¿Sí?- Bajó sus antenas con timidez.

La tijereta sonrió.

-Adoro los grillos, son unas criaturas fascinantes.- Se le acercó. -Mi nombre es Rey, ¿cuál es el suyo?

El grillo miró su mano y volvió a mirar esos ojos tan peculiares que poseía.

-Weto.- Le estrechó la mano. -Es un gusto conocerlo, monsieur Rey.

Él entrecerró la mirada, sonriendo.

-El placer es todo mío.- Dijo, con un tono electrizante.

Weto lo miró fijamente. Luego se percató de algo, que lo obligó a soltar su mano. Rey lo notó.

-¿Qué ocurre?

-Lo siento, yo...- Se fijó rápidamente en su sombrero. -¡Oh, no había visto uno así! El mío es más corto.

Rey se extrañó, pero se sacó la prenda y lo miró.

-Puedes probártelo, si quieres.- Se lo extendió.

-...Gracias.- Asintió ligeramente y se lo puso. Sonrió y miró a Francoeur. -¿Cómo me veo?

-Se te ve bien.

Aventuras Parisinas VOL.2Where stories live. Discover now